En el enlace a continuación puedes encontrar el Evangelio Canónico de Nuestro Señor Jesucristo en Español, Francés, Inglés y Alemán, dividido en 100 apartados de los cuatro evangelistas y los Hechos de los Apóstoles (con la indicación de los capítulos y los versículos a que se refieren), indicando los temas bíblicos tratados.
La dimensión espiritual
Este blog pretende compartir conocimientos espirituales en el ámbito más amplio posible. En principio, aparece un video silencioso sobre la Resurrección de Jesucristo, y más abajo, en inglés, la presentación de mi libro que figura a la derecha, tras lo cual se halla un archivo de audio en inglés, que podría traducirse como "El Despertar a la Llamada del Cosmos", que considero de gran interés.
martes
jueves
Acotaciones espirituales: Resumen de la enseñanza del movimiento espiritual
RESUMEN DE LA ENSEÑANZA DEL
MOVIMIENTO ESPIRITUAL:
A) DIOS. B) EL ESPÍRITU. C) EL
LIBRE ALBEDRÍO. D) EL ALMA HUMANA. E) EL INTERVALO DE EXISTENCIAS TERRENALES.
F) EL KARMA. G) LAS SUCESIVAS ENCARNACIONES. H) LAS DESGRACIAS HUMANAS. I) EL
OBJETIVO DEL MOVIMIENTO ESPIRITUAL. J) LA ORACIÓN. K) LAS PRUEBAS DE LA VIDA Y
L) LA CARIDAD Y LA SALVACIÓN.
a)
DIOS
DIOS es la inteligencia suprema,
causa primera de todas las cosas. Es eterno, único, inmaterial, inmutable,
todopoderoso, soberanamente justo y bueno. Además, debe ser infinito en todas
sus perfecciones, porque, si fuera imperfecto uno solo de sus atributos, no
sería ya DIOS.
DIOS creó la materia que constituye
los mundos; creó también a seres inteligentes que llamamos “espíritus”,
encargados de administrar los mundos materiales, según las Leyes inmutables de
la creación y que son perfectibles, por su naturaleza, y al ir perfeccionándose
dichos espíritus, se van aproximando a la Divinidad.
b)
EL ESPÍRITU
El espíritu, propiamente dicho, es
el principio inteligente; desconocemos su naturaleza; para nosotros, es
inmaterial, porque no tiene ninguna analogía con lo que llamamos “la materia”.
Los espíritus son seres
individuales; tienen un envoltorio etéreo, imponderable llamado “peri
espíritu”, especie de cuerpo fluídico del tipo de la forma humana. Ellos
pueblan los espacios, que recorren con la rapidez del relámpago y constituyen
el mundo invisible.
El origen y forma de en que se
crearon los espíritus nos son desconocidos; sólo sabemos que fueron creados
simples e ignorantes, es decir, sin ciencia y sin conocimiento del bien y del
mal, pero, con igual aptitud para todo, porque DIOS, en su justicia, no podía
eximir a unos del trabajo que hubiera impuesto a los otros para llegar a la
perfección, estando, en el principio, en una especie de infancia, sin voluntad
propia y sin conciencia perfecta de su existencia.
c)
EL LIBRE ALBEDRÍO
El libre albedrío se desarrolla en
los espíritus al mismo tiempo que las ideas y DIOS les dice: “Todos podéis aspirar a la felicidad
suprema, cuando hayáis adquirido los conocimientos que os faltan y se haya
cumplido la tarea que os impongo. Trabajad, pues, para vuestro adelanto; ese es
el objetivo: lo alcanzaréis obedeciendo las leyes que he grabado en vuestra
conciencia”.
A consecuencia de su libre albedrío,
unos toman el camino más corto, que es el del bien y otros el más largo, que es
el del mal, pero DIOS no creó el mal, sino que estableció Leyes, que son
siempre buenas, porque Él es soberanamente bueno; aquél que las observara
fielmente sería perfectamente feliz, pero los espíritus, teniendo su libre
albedrío, no siempre las observaban y el mal surgió como consecuencia de su
desobediencia y, por ello, se puede afirmar que el bien es todo lo que está
conforme a la Ley de DIOS y el mal es todo aquello que es contrario a dicha
Ley.
Con objeto de participar, en calidad
de agentes del poder divino, en la obra de los mundos materiales, los espíritus
se revisten, temporalmente, de un cuerpo material o físico y mediante el
trabajo que su existencia corpórea requiere, perfeccionan su inteligencia y
adquieren, obedeciendo la Ley de DIOS, los méritos que deberán conducirlos a la
felicidad eterna.
En principio, la encarnación no es
impuesta al espíritu como castigo, sino que es necesaria para su desarrollo y
cumplimiento de las obras de DIOS, de manera que todos deben soportarlas, ya
tomen el camino del bien o el del mal. Sólo aquéllos que siguen la ruta del
bien avanzan más rápidamente, tardando menos en alcanzar el objetivo, llegando
a él en las debidas condiciones.
Por último, conviene explicar que
los espíritus encarnados constituyen la humanidad, que no está circunscrita
sólo a la Tierra, sino que pueblan todos los mundos habitables diseminados por
todo el espacio del universo material.
d)
EL ALMA HUMANA
El alma del hombre es un espíritu
encarnado. Para secundar a los hombres en el cumplimiento de su tarea, DIOS les
dio, como auxiliares, a los animales, que les son sumisos y cuya inteligencia y
carácter son proporcionales a sus necesidades.
El perfeccionamiento del espíritu es
fruto de su propio esfuerzo, no pudiendo, en una sola existencia corpórea,
adquirir todas las cualidades morales e intelectuales que deben conducirlo al
objetivo, sino que lo alcanza mediante una sucesión de existencias terrenales,
en cada una de las cuales da algunos pasos adelante en el camino del progreso.
En cada existencia corporal el
espíritu debe llevar a cabo una labor en proporción a su grado de desarrollo o
evolución; cuanto más ruda y trabajosa sea, tanto mayor será el mérito en cumplirla.
De esta manera, cada existencia es una prueba que lo acerca al objetivo, siendo
el número de esas existencias indeterminado, ya que depende de la voluntad del
espíritu el abreviar, tanto la duración como el número de estancias terrenales,
esforzándose, activamente, en su perfeccionamiento moral.
Del mismo modo que depende de la
voluntad del obrero, que debe entregar un trabajo, el disminuir la cantidad de
días que emplea en hacerlo, así, cuando una existencia es mal empleada y sin
provecho para el espíritu, éste deberá comenzarla en condiciones más o menos
penosas, debido a su negligencia y mala voluntad. De igual manera, en la vida
uno se puede ver obligado a hacer al día siguiente lo que no se hizo en la
víspera o bien obligarse a rehacer lo que se hizo mal.
La
vida espiritual es la vida normal del espíritu y es eterna e
indestructible, mientras que la vida física o corpórea es transitoria y
pasajera y, por tanto, no constituye más que un solo instante, dentro de la eternidad.
e)
EL INTERVALO DE EXISTENCIAS TERRENALES
En el intervalo de sus existencias
corpóreas, el espíritu está errante. Lo que es errático sólo puede tener una
duración determinada; en ese estado, el espíritu es feliz o infeliz, según el
buen empleo o mal empleo que haya hecho en su última existencia. Estudia las
causas que apresuraron o retardaron su adelanto evolutivo; toma las
resoluciones que procurará poner en práctica en su próxima encarnación y elige,
él mismo, las pruebas que cree más apropiadas para su propia evolución
espiritual, aunque, en algunas ocasiones, se equivoca o sucumbe, porque no
mantiene, como persona humana, las decisiones que había tomado como espíritu.
El espíritu culpable es castigado
con sufrimientos morales en el mundo de los espíritus y con penas físicas en la
vida corpórea. Sus aflicciones son consecuencia de sus faltas o infracciones de
la Ley de DIOS. De esta manera, constituyen, a la vez, una expiación del pasado
y una prueba para el porvenir; así es como el orgulloso puede tener una existencia
de humillaciones, el tirano una de servidumbre y el mal rico una de miseria.
Existen muchos mundos apropiados a
los diferentes grados de adelanto o evolución de los espíritus y la existencia
corporal o física, en ellos, se encuentra en condiciones muy diferentes. Cuanto
menos avanzado sea el espíritu, tanto más pesado y material o denso es el
cuerpo con el que se reviste y, a medida que se purifica, pasa a mundos
superiores, tanto moralmente como físicamente.
La Tierra no es el primero ni el
último, pero, sí es uno de los más atrasados de los mundos habitados por seres
humanos. Los espíritus culpables están encarnados en los mundos menos
avanzados, donde expían sus faltas a través de las tribulaciones de la vida
material o física. Esos mundos son para ellos verdaderos purgatorios, pero
depende sólo de ellos el poder salir de los mismos, trabajando por su
perfeccionamiento moral, siendo la Tierra uno de esos mundos.
Toda vez que DIOS es soberanamente
justo y bueno, no condena a sus criaturas a castigos perpetuos o eternos por
faltas transitorias o temporales, sino que les ofrece, en todo momento, medios
para progresar y reparar el mal que pudieron hacer en vidas anteriores.
DIOS perdona, pero exige el
arrepentimiento, la reparación y el retorno al bien, de manera que la duración
del castigo es proporcional a la persistencia del espíritu en el mal. Por lo
tanto, el castigo podría llegar a ser eterno para aquél que permaneciera,
eternamente, en el mal camino, pero, desde que la claridad del arrepentimiento
entra en el corazón del culpable, DIOS extiende sobre él su misericordia, de
manera que la eternidad de las penas debe ser entendida en sentido relativo y
no en sentido absoluto.
f)
EL KARMA
Los espíritus, al encarnarse, llevan
consigo lo que adquirieron en sus existencias anteriores (llamado “karma” = acción, en sánscrito),
constituyendo esto la razón por la cual los hombres muestran, instintivamente,
aptitudes especiales, inclinaciones buenas o malas, que parecen innatas en
ellos. Las malas tendencias naturales son restos de las imperfecciones del
espíritu y de las cuales no está enteramente despojado. También son indicios de
las faltas que cometió y el verdadero pecado original.
En cada existencia se debe limpiar
de algunas impurezas. El olvido de las existencias anteriores es un beneficio
de DIOS, que, en su bondad, ha querido ahorrar al hombre los recuerdos, con
frecuencia, penosos.
En cada nueva existencia, el hombre
es lo que ha hecho de sí mismo; es para él un nuevo punto de partida y conoce
sus defectos actuales; sabe que esos defectos son la consecuencia de de
aquéllos que tenía y de ello concluye el mal que pudo cometer y eso le basta
para trabajar, a fin de corregirse. Si, antaño, adolecía de defectos que ya no
posee, no tendrá que preocuparse de ellos, ya que bastante tiene con sus
imperfecciones presentes.
Si el alma no hubiera vivido antes,
habría sido creada al mismo tiempo que su cuerpo físico. Admitiendo esta
suposición, no puede tener ninguna relación con aquéllas que la precedieron y,
entonces, se preguntará cómo es que DIOS, que es, por naturaleza, soberanamente
justo y bueno, puede haberla hecho responsable de la falta del padre del género
humano, manchándola con un pecado original que no cometió.
Si, en cambio, afirmamos que el alma
trae consigo, al nacer, el germen de las imperfecciones de sus existencias
anteriores; que sufre, en la existencia actual, las consecuencias de sus faltas
pasadas, se da al pecado original una explicación lógica, que cada uno puede
comprender y admitir, porque el alma no es responsable más que de sus propias
obras.
La diversidad de las aptitudes
innatas, morales e intelectuales son la prueba de que el alma ya vivió; si
hubiese sido creada, simultáneamente, con el cuerpo actual, no estaría de
acuerdo con la bondad de DIOS hacer a unas más avanzadas o evolucionadas que
otras.
¿Por qué, entonces, los salvajes y
los hombres civilizados, los buenos y los malos, los tontos y las personas
ingeniosas? Diciendo que unos han vivido y han adquirido más que los otros, todo
se explica, claramente. Si la existencia actual fuera la única y ella sola
debiera decidir el futuro del alma para la eternidad, ¿cuál sería la suerte de
los niños que mueren a tierna edad? No habiendo hecho ni bien ni mal, no
merecen ni recompensas ni castigos.
Siguiendo la parábola de Jesucristo,
según la cual cada uno es recompensado según sus obras, no tendrían esas
tiernas criaturas, que mueren prematuramente, derecho a la felicidad perfecta
de los ángeles, no mereciendo verse privadas de ella. En cambio, afirmar que
podrán cumplir, en otras existencias, lo que no pudieron hacer en esa vida tan corta,
hará que todo sea perfecto y sin excepciones.
g)
LAS SUCESIVAS
ENCARNACIONES
Al hilo de lo expuesto en el
apartado anterior y por el mismo motivo, ¿cuál sería la suerte de los cretinos
y de los idiotas? Al no tener ninguna conciencia del bien y del mal, no tienen
ninguna responsabilidad de sus actos. ¿Sería DIOS justo y bueno, habiendo
creado almas estúpidas, para someterlas a una existencia miserable y sin
ninguna compensación? Por ello, debe admitirse que el alma del cretino y del
idiota es una espíritu en castigo, en un cuerpo incapacitado para transmitir su
pensamiento, donde está como un hombre muy aprisionado por lazos y, de ese
modo, no habrán nada que no esté conforme con la justicia de DIOS.
En las sucesivas encarnaciones, el
espíritu se va despojando, poco a poco, de sus impurezas y perfeccionándose
mediante el trabajo, llegando así al final de sus existencias corpóreas o
físicas, perteneciendo, entonces, a la Orden de los espíritus puros o de los
ángeles y goza, al mismo tiempo, de la vida completa de DIOS, así como de una
felicidad plena, para toda la eternidad.
Estando los hombres en expiación en
la Tierra, DIOS, que es un buen Padre, no los dejó entregados a sí mismos, sin
guías. Para ello, cuentan con sus espíritus protectores o ángeles guardianes,
que velan por ellos y se esfuerzan por conducirlos por el buen camino; además,
tienen a los espíritus superiores encarnados, de cuando en cuando, para
iluminar el camino con sus obras y hacer avanzar a la humanidad.
Además de haber grabado DIOS su Ley
en su conciencia, la llegó a formular de una manera explícita, 1º) a través de
Moisés, cuyas leyes eran apropiadas a los hombres de su tiempo, hablándoles,
únicamente, de la vida terrestre, de penas y recompensas temporales, y 2º) Vino
a continuación, Jesucristo, con el propósito de completar las leyes de Moisés
mediante una enseñanza más elevada, hablando de la pluralidad de existencias
(según los Evangelios de Mateo, Cap. XVII, v. 10 y ss. Y Juan, Cap. III v.2 y
ss.), la vida espiritual, las penas y las recompensas morales. Es decir, Moisés
les condujo a los hombres por el temor y Jesús el Cristo lo hizo mediante el
amor y la caridad.
El movimiento espiritual expone, en
términos claros e inequívocos, lo que Cristo expresó en parábolas; explica las
verdades desconocidas o falsamente interpretadas; revela la existencia del
mundo invisible o de los espíritus e inicia al hombre en los misterios de la
vida futura y viene a combatir el materialismo, que es una sublevación contra
el poder de DIOS.
En definitiva, Cristo vino a
establecer, entre los hombres, el reino de la caridad y de la solidaridad, de
manera que si Moisés labró, Cristo sembró y el movimiento espiritual viene
ahora a cosechar.
El movimiento espiritual no es una
luz nueva, sino una luz más brillante, porque surge de todos los puntos del
globo, a través de la voz de todos aquéllos que vivieron con anterioridad,
haciendo evidente lo que estaba oscuro, poniendo fin a las interpretaciones
erróneas y reuniendo a los hombres en una creencia común, puesto que no hay
sino un solo DIOS y su Ley es para todos, marcando la era de los tiempos
profetizados por Cristo y los profetas.
h)
LAS DESGRACIAS HUMANAS
Los males que afligen a los hombres
en la Tierra tienen su causa en el orgullo, el egoísmo y las malas pasiones.
Continuando con sus vicios los hombres se hacen, recíprocamente, desdichados y
se castigan los unos a los otros. Que la caridad y la humildad sustituyan al
egoísmo y al orgullo, y entonces, no procurarán perjudicarse nunca más, los
unos a los otros, respetando los derechos de cada uno, y, con ello, haciendo
reinar, entre ellos, la concordia y la justicia. Pero, ¿cómo destruir el
egoísmo y el orgullo, que parecen innatos en el corazón de los hombres? El
egoísmo y el orgullo están en el corazón de los hombres porque éstos son
espíritus que siguieron, desde el principio, el camino del mal, por lo que fueron
exiliados a la Tierra, en castigo por esos mismos vicios. Ahí está,
precisamente, su pecado original, del cual muchos no se despojaron.
Mediante el movimiento espiritual,
DIOS viene a hacer una última llamada a la práctica de la Ley enseñada por
Cristo, esto es, la Ley del Amor y la Caridad. Como la Tierra ha llegado a la
época señalada para convertirse en una morada de felicidad y de paz, DIOS no
quiere que los malos espíritus encarnados continúen en ella para llevar la
perturbación a los buenos; por ello, deberán desaparecer.
Estos seres humanos o espíritus
encarnados irán a expiar su endurecimiento
en mundos menos avanzados, donde trabajarán, de nuevo, para su
perfeccionamiento, en una serie de existencias más infelices y más penosas aún
que en la Tierra y formarán, en esos mundos, una nueva raza esclarecida y cuya
tarea será la de hacer progresar a los seres atrasados que los habitan, con la
ayuda de los conocimientos adquiridos.
No saldrán de allí para ir a un
mundo mejor más que cuando se lo merezcan y continuarán así hasta que alcancen
la purificación completa. Si la Tierra era para ellos un purgatorio, esos
mundos serán su infierno, pero un infierno en el que la esperanza jamás estará
excluida. En tanto la generación proscrita está por desaparecer rápidamente,
una nueva generación está surgiendo, cuyas creencias están fundadas en el Movimiento
Espiritual Cristiano (MEC), asistiendo así a ese preludio de la renovación
moral, cuyo advenimiento lo viene anunciando el movimiento espiritual presente.
i)
EL OBJETIVO DEL MOVIMIENTO ESPIRITUAL
El objetivo esencial del movimiento
espiritual es el de lograr la mejora de los hombres. No es necesario procurar
más que lo que puede ayudar al progreso moral e intelectual. El verdadero
creyente espiritual no es aquél que cree en las manifestaciones del espíritu,
sino aquél que aprovecha las enseñanzas del movimiento espiritual, pues, de
nada sirve creer, si dicha creencia no le hace dar un paso al frente, en el
camino del progreso y no le hace mejor para con su prójimo.
El egoísmo, el orgullo, la vanidad,
la ambición, la codicia, el odio, la envidia, los celos y la maledicencia son
para el alma hierbas venenosas, de las cuales es preciso arrancar, cada día,
alguna mata, existiendo como antídoto la caridad y la humildad.
La creencia en el movimiento
espiritual no es aprovechable, sino en aquél de quien se puede afirmar: hoy soy
mejor que ayer. La importancia que el hombre le da a los bienes temporales está
en razón inversa a su fe en la vida espiritual. Es la duda sobre el futuro lo
que le lleva a procurar sus alegrías en este mundo, satisfaciendo sus pasiones,
e incluso a expensas de su prójimo.
Las aflicciones en la Tierra son los
remedios del alma, pues ellas la salvan para el futuro, como una operación
quirúrgica dolorosa salva la vida de un enfermo y le devuelve la salud. Por
eso, dijo Cristo: “Bienaventurados los
afligidos, porque ellos serán consolados”. Es natural la desesperación en
aquél que cree que todo acaba con la vida del cuerpo físico, pero carece de
sentido en aquél otro que tiene fe en el porvenir. El hombre, con frecuencia,
es el artífice de su propia desgracia en este mundo; así pues, que se remonte a
la fuente de sus infortunios y verá que son, para la mayoría, el resultado de
su imprevisión y su orgullo, infringiendo, con ello, la Ley de DIOS.
La plegaria es un acto de adoración.
Orar a DIOS es pensar en Él, acercársele, ponerse en comunicación con Él, de
manera que aquél que reza con fervor y confianza es más fuerte contra las
tentaciones del mal y DIOS le envía a las buenas almas para ayudarle. Es una
ayuda que jamás le es negada cuando ha sido pedido con sinceridad.
j)
La oración
Lo esencial no es orar mucho, sino
orar bien. Ciertas personas creen que todo el mérito está en el tamaño de la
oración, en tanto cierran los ojos antes sus propios defectos. La plegaria es
para ellas una ocupación, un empleo del tiempo, pero no un estudio de sí
mismas. Aquél que pide a DIOS el perdón de sus faltas no lo obtiene más que
cambiando de conducta. Las buenas acciones son la mejor de las plegarias,
porque los actos valen más que las palabras.
La oración es recomendada por todas
las almas buenas y también es pedida por todas las almas imperfectas, como un
medio de aliviar sus sufrimientos. La oración no puede cambiar los decretos de
la Providencia, pero viendo a las almas que sufren, si nos interesamos por
ellas, se sienten menos desamparadas y no son tan infelices, aumentando su
valor o coraje, a la vez que las excita el deseo de elevarse por el
arrepentimiento y la reparación, apartándolas de la idea del mal.
En este sentido, puede, no sólo
aliviar, sino abreviar sus sufrimientos o padecimientos. Que cada cual rece
según sus convicciones y de la manera que crea más conveniente, porque la forma
no significa nada y el pensamiento lo es todo. La sinceridad y la pureza de
intención son esenciales y un buen pensamiento vale más que numerosas palabras, que se asemejan
al ruido de cualquier objeto, del que está ausente, por completo, el corazón.
k)
Las pruebas de la vida
DIOS ha hecho hombres fuertes y
poderosos para que sean el sostén de los débiles; el fuerte que oprime al débil
es maldito para DIOS y, a menudo, recibe, por ello, su castigo en esta misma
vida, aparte de lo que le sucederá en el porvenir.
La fortuna es un depósito cuyo
poseedor es sólo su usufructuario, puesto que no se la lleva consigo a la tumba
y deberá rendir severa cuenta del uso que haya hecho de ella.
La fortuna es una prueba más difícil
que la miseria, porque es una tentación para el abuso y los excesos y es más
difícil ser moderado que ser resignado. El ambicioso que triunfa y el rico que
se harta de gozos materiales son más dignos de lástima que de envidia, porque
es necesario ver el resultado final que les espera.
El movimiento espiritual, a través
de los terribles ejemplos que dan aquellas almas que han vivido y que vuelven
para revelarnos su suerte, nos muestra la verdad de esta sentencia de Cristo: “Cualquiera que se enaltece, será humillado y
el que se humilla será enaltecido”. La
caridad es la Ley suprema de Cristo, que nos dice lo siguiente: “Amaos los unos a los otros como hermanos;
amad a vuestro prójimo como a vosotros mismos; perdonad a vuestros enemigos; no
hagáis a los demás lo que no quisieseis que os hicieran a vosotros”. Todo
esto se resume en una sola palabra, CARIDAD.
l)
La caridad y la salvación
La caridad no consiste sólo en dar
limosnas, porque hay caridad en los
pensamientos, las palabras y las acciones. La caridad en los pensamientos
es aquélla que es indulgente con las faltas del prójimo; la caridad en las
palabras es la que no dice nada que pueda perjudicar al prójimo y la caridad en
las acciones es la que asiste o ayuda al prójimo en la medida de sus fuerzas.
El pobre que comparte su mendrugo de
pan con uno más pobre que él es más caritativo y tiene más mérito, a los ojos
de DIOS, que aquél que da parte de lo que le sobra, sin privarse de nada en
absoluto. Quien alberga contra su prójimo sentimientos de animosidad, de odio,
de celos y de rencor no es caritativo, pues miente si se dice cristiano y
ofende a DIOS.
Los hombres de todas las clases,
sectas y colores son hermanos, porque DIOS los llama a todos hacia Él. Por
consiguiente, debéis extender la mano, cualquiera que sea vuestra manera de
adorarlo y no os arrojéis anatemas, los unos a los otros, porque los anatemas
son una violación de la Ley de la Caridad, proclamada por Cristo.
Con el egoísmo, los hombres están en
lucha perpetua; con la caridad estarán en paz. Haciendo de ella la base de sus
instituciones, sólo la caridad puede, pues, asegurar su felicidad en este mundo,
ya que, según las propias palabras de Cristo, sólo ella puede, también,
asegurar su felicidad futura, porque encierra, implícitamente, todas las
virtudes que pueden conducirles a la perfección.
Con la verdadera caridad, tal como
Cristo la enseñó y la practicó, no habrá más egoísmo, orgullo, odio, celos o
maledicencias ni habrá más apego desmesurado a los bienes de este mundo.
Por todo ello, el Movimiento
Espiritual Cristiano (MEC) tiene por
máxima lo siguiente: FUERA DE LA CARIDAD NO HAY POSIBILIDAD DE SALVACIÓN O
RESURRECCIÓN.
Acotaciones espirituales: Pensamientos comparativos de las cinco grandes religiones del mundo
PENSAMIENTO COMPARATIVO DE LAS CINCO GRANDES RELIGIONES DEL MUNDO: JUDAISMO, HINDUISMO, BUDISMO, CRISTIANISMO E ISLAM O ISLAMISMO:
A) INTRODUCCIÓN. B) FUNDADOR Y
CONTEXTO HISTÓRICO. C) ESCRITURAS SAGRADAS. D) LA NATURALEZA DE DIOS. E) LA
FIGURA DE JESUCRISTO. F) LA EXISTENCIA DEL
ESPÍRITU SANTO. G) LA IDEA SOBRE LA CREACIÓN. H) LA IDEA SOBRE LA SALVACIÓN. I)
LA IDEA SOBRE EL TIEMPO. J) LA IDEA SOBRE LA VIDA TRAS LA MUERTE.
Se muestra a continuación un breve
estudio comparativo del Pensamiento Fundamental de las grandes Religiones del
Mundo, de acuerdo con los diez enunciados arriba expuestos, a tenor de su
aparición cronológica, como sigue:
1º JUDAISMO
1) Introducción. Surge hacia el año 2000 a.C. en Canaán (hoy Oriente Próximo), siendo su símbolo la estrella de David. Dios creó el mundo y los judíos descienden del pueblo hebreo, el pueblo elegido por Dios, es decir, son “una luz para todas las naciones de la Tierra”. Existen tres tipos de judíos: los askenazíes (85%), los orientales (10%) y los sefardíes (5%).
2) Fundador y Contexto Histórico. Podría decirse que comienza con Abrahán, primer líder hebreo, a raíz de la alianza con Dios, quien elige a los judíos como su pueblo elegido, conformándose dicha alianza cuando Dios le dio a Moisés las llamadas Tablas de la Ley, que son las normas a seguir por los israelitas. Abrahán nació alrededor del año 2000 a.C., en Ur (actual Irak), comenzando con él la creencia en un solo Dios. Tuvo muchos hijos, siendo su seguidor Isaac, a quien estuvo a punto de sacrificar en obediencia a Dios, si bien fue Ismael el que se volvió legendario para los árabes.
3) Escrituras Sagradas. El nombre de la Biblia judía es el Tenakh o Tanaj (Antiguo Testamento), que cuenta la historia del pueblo judío. Tiene las siguientes partes: la Torah, que representa los cinco primeros libros de la Biblia, incluyendo los Diez Mandamientos que Dios reveló a Moisés, los Libros proféticos, los Libros de Esther y los Salmos, siendo, por último, el Talmud el que explica el Tanaj.
4) La naturaleza de Dios. Sólo hay un único Dios, cuyo nombre no puede siquiera pronunciarse, siendo el Creador de todas las cosas y, mediante su alianza con el pueblo judío, guía la vida y el destino de la humanidad. Dios es espíritu, impersonal y no puede conocerse por parte del ser humano; no obstante, para los judíos ortodoxos Dios es personal, todopoderoso, eterno y misericordioso. Por otra parte, para el judaísmo no existe la llamada Trinidad Divina.
5) La figura de Jesucristo. Jesús es visto como un mesías falso o un rabí o maestro judío bueno, que fue martirizado, ya que los judíos ortodoxos opinan que el verdadero mesías va a restaurar el reino judío, gobernando, finalmente, el mundo. En general, no creen que fuera el Hijo de Dios ni resucitara de entre los muertos, salvo los judíos mesiánicos y los cristianos hebreos.
6) La existencia del Espíritu Santo. Algunos creen que el Espíritu Santo no es más que otro nombre para designar la actividad de Dios en la Tierra y otros alegan que representa el amor o poder de Dios en este mundo.
7) La idea sobre la Creación. Dios es el Creador y el Libro del Génesis dice que creó el mundo en seis días, descansando al séptimo día. Así mismo, Dios acabará su creación a su debido tiempo.
8) La idea sobre la Salvación. Algunos judíos creen que la oración, el arrepentimiento y la obediencia a la Ley son necesarios para la salvación, en tanto que otros creen que la salvación no es más que la mejora de la sociedad o humanidad.
9) La idea sobre el Tiempo. El tiempo es lineal y el Mesías o Elegido de Dios vendrá cuando el mundo se haya hecho un lugar mejor o cuando los problemas se agudicen al máximo, anunciando la era de la paz mundial.
10) La idea sobre la Vida tras la Muerte. Sólo hay una vida, creyendo la mayoría de los judíos que el ser humano espera, tras la muerte, a que llegue el día del Juicio Final, en el que resucitarán todos los muertos, siendo juzgados en ese preciso momento. No obstante, algunos creen que el alma es juzgada tras la muerte física, existiendo, posteriormente, una resurrección física, de tal manera que los justos vivirán con Dios para siempre y los injustos sufrirán, eternamente, las torturas del infierno. Sin embargo, algunos judíos no creen en ningún tipo de vida consciente tras la muerte.
2º HINDUISMO
1) Introducción. Surge hacia el 1750 a.C. en India, siendo su símbolo el sonido sagrado o mantra OM. La mayoría cree en muchos dioses, pero en una sola realidad subyacente. Las personas que lleven una vida buena vuelven a nacer en una vida superior y los malvados renacerán en una vida inferior (reencarnación), aspirando a liberarse del ciclo de reencarnaciones hasta convertirse en uno con Brahmán. Existen los hinduistas vaisnavitas (70%), los vishnú (25%) y otros (5%).
1) Introducción. Surge hacia el 1750 a.C. en India, siendo su símbolo el sonido sagrado o mantra OM. La mayoría cree en muchos dioses, pero en una sola realidad subyacente. Las personas que lleven una vida buena vuelven a nacer en una vida superior y los malvados renacerán en una vida inferior (reencarnación), aspirando a liberarse del ciclo de reencarnaciones hasta convertirse en uno con Brahmán. Existen los hinduistas vaisnavitas (70%), los vishnú (25%) y otros (5%).
2) Fundador y contexto histórico. No tiene un solo fundador, siendo el pueblo ario, el que invadió la India y el que trajo consigo sus primeros dioses. Entre ellos destaca Shiva: Dios del bien y del mal, si bien el mayor de todos es Brahmán, la realidad absoluta y divina y Vishnú, el dador de la vida. Existen miles de gurús o maestros hinduistas que han alcanzado la iluminación a través del conocimiento y la práctica espiritual.
3) Escrituras Sagradas. Existen muchos libros sagrados, destacando el, el Bhagavad-Gita, los Upanishads y los Vedas (que datan de alrededor de 1400 a.C.), en los que se desarrolla la idea de Brahmán, el alma universal. Todos ellos contienen las primeras creencias hinduistas y consisten en himnos y cánticos, siendo el Rigveda el más importante, ya que contiene las creencias hinduistas.
4) La naturaleza de Dios. Sólo hay una Divinidad o Poder Divino que adopta innumerables formas. Las principales son: Brahmán, Creador de cada universo, Vishnú, el mantenedor y defensor del universo y Shiva, la diosa destructora y reconstructora del universo. Vishnú dispone de diez formas para acudir en ayuda del universo, entre las cuales se incluyen las de Krishna y Rama. Dios es el Absoluto, un espíritu universal y todos formamos parte de Él, como gotas en el océano y las personas son, en consecuencia, partes integrantes de Dios, aunque no lo sepan.
5) La figura de Jesucristo. Jesús o Jesucristo es un maestro, gurú o avatar (es decir, encarnación de Vishnú). Es un hijo de Dios, como tantos otros y su muerte no expía pecados ni resucitó de entre los muertos.
6) La existencia del Espíritu Santo. El Espíritu Santo no forma parte de esta creencia.
7) La idea sobre la Creación. La creación es cíclica, pues, tras la destrucción del universo anterior, Brahmán empieza a crear otro nuevo, Vishnú lo mantiene durante un ciclo de nacimiento, crecimiento y declive y, finalmente, Shiva lo destruye y, de esa manera, comienza el ciclo nuevamente.
8) La idea sobre la Salvación. La salvación la constituye la liberación del ciclo de reencarnaciones, que se logra a través del yoga y la meditación, lo cual puede requerir vivir muchas vidas, siendo la salvación final la integración o unión con Brahmán, perdiendo, en ese momento, su consciencia individual.
9) La idea sobre el Tiempo. El tiempo es cíclico, pasando el mundo por diversas etapas: nacimiento, crecimiento y declive, estando, en la actualidad, en la etapa denominada Kali Yuga, esto es, la edad del declive. Al final, el mundo será destruido para que, en un futuro lejano, aparezca uno nuevo.
10) La idea sobre la Vida tras la Muerte. En base al llamado “karma” o consecuencia de nuestras acciones en la vida física actual, al morir, el alma o atman renace en una forma física superior o inferior, siendo posible, a través de la devoción o conducta correcta, ascender en la escala de la reencarnación, alcanzando la total liberación del ciclo de reencarnaciones, para integrarse, en última instancia, en el Ser Supremo, perdiendo su propia identidad. En definitiva, el karma bueno supone reencarnar en una vida mejor y el karma malo supone volver a nacer y pagar pos sus pecados o errores pasados, sufriendo en la siguiente vida física en la Tierra.
3º BUDISMO
1)
Introducción. Surge hacia el 500 a.C. en India y su símbolo es una
rueda de ocho radios. Para el Budismo la vida es una secuencia de nacimientos,
muertes y renacimientos (o reencarnaciones) y la plenitud espiritual se alcanza
sólo con buenos pensamientos y acciones. Existen los budistas mahajana (56%),
los theravada (38%) y otros (6%).
2)
Fundador y contexto histórico. Constituye una rama del Hinduismo, naciendo hacia el 525
a.C., siendo su fundador Siddharta
Gautama, que nació hacia el año 563 a.C., de familia noble, en India. Llegó a
comprender la causa del sufrimiento humano, al que dio soluciones, llegando al
despertar espiritual o iluminación total, estado denominado Buda o Iluminado.
3)
Escrituras Sagradas. Las enseñanzas de Buda constituyen más de 100 volúmenes que se conocen como
el Tripitaka o Canon de Pali, que significa “las Tres Cestas”, y constituye el
libro sagrado de los budistas theravada. Recoge los discursos, reglas
disciplinarias y conocimientos avanzados.
El libro más famoso es el denominado Dhammapada, del Canon de
Pali, donde aparecen las Cuatro Verdades y los Ocho Caminos, existiendo
tres versiones: una en lengua pali, usadas por los budistas del sur y dos
versiones mahayana, que significa “Gran
Camino”, en chino y tibetano, usados por los budistas del norte, que incluyen
libros posteriores no reconocidos por los budistas del sur.
Las versiones mahayana incluyen una colección de
aforismos, los llamados Sutras, que
son los primeros libros sagrados de los budistas de esta rama.
Las Cuatro Verdades son las siguientes: 1) Dukka: vivir es sufrir, 2) Samudaya: el deseo provoca sufrimiento,
3) Nirodha: la liberación del deseo
conduce al fin del sufrimiento y 4) Maggi:
la liberación se logra siguiendo los Ocho Caminos.
Los Ocho Caminos son los siguientes: 1) la comprensión
correcta, 2) el pensamiento correcto, 3) la palabra correcta, 4) la acción
correcta, 5) la vida correcta, 6) el esfuerzo correcto, 7) la atención plena y
8) la meditación correcta.
4)
La naturaleza de Dios. Reconoce la existencia de seres divinos o sobrenaturales, pero no creen en
un Dios creador y omnipotente, reconociendo una verdad trascendental y
concibiendo una naturaleza Buda, que
infunde su existencia a todas las cosas. El budismo es ateísta, en su mayor
parte, no creyendo en un Dios o Ser Supremo, en tanto que otros consideran a Buda como un iluminado universal en un
estado consciente, es decir, como un dios.
5)
La figura de Jesucristo. Jesucristo no es parte de esta creencia. No obstante, los
budistas occidentales suelen mirar a Jesús como a un hombre iluminado,
simplemente.
6)
La existencia del Espíritu Santo. El Espíritu Santo no es parte de esta creencia.
7)
La idea sobre la Creación. La creación es cíclica, sin que tenga ni principio ni
fin, siendo parte de la rueda de sufrimiento a la que estamos atados a través
de la reencarnación. En consecuencia, a la creación se la considera,
simplemente, como parte de la rueda de la vida.
8)
La idea sobre la Salvación. La salvación constituye el objetivo de la vida, que se
logra al llegar al Nirvana, eliminando los deseos y, de ese modo, escapando al
sufrimiento humano. El sistema que conduce a la salvación o extinción de todo
deseo está en el llamado “Camino Óctuple”, ya citado anteriormente.
9)
La idea sobre el Tiempo. El tiempo es cíclico y cada existencia humana continúa a
través de la muerte y la reencarnación, siempre que nuestro propio ego inferior
nos ate a este mundo. Al final, se apagarán los deseos de todo ser humano, y,
con ello, entrará en el Nirvana, mientras el mundo continúa con su ciclo.
Algunas formas de budismo creen que un futuro Buda vendrá
y traerá la liberación para todos los seres humanos en esta Tierra.
10)
La idea sobre la Vida tras la Muerte. Al morir, la vida continúa de alguna otra forma: divina,
humana o animal, dependiendo de la conducta observada en su vida anterior. El
objetivo del budismo es conseguir la extinción de la llama del deseo o de la
atadura al sentido del ego inferior, y de esa manera, interrumpir el proceso de
la reencarnación y alcanzar el Nirvana.
Según
la filosofía budista, los seres humanos no tienen alma o espíritu; sin embargo,
los deseos y sentimientos de cada uno se pueden reencarnar en otros seres
humanos, así mismo, para ellos tampoco existe el Cielo o el Infierno, como
lugares de premio o castigo a la conducta humana.
4º CRISTIANISMO
1)
Introducción. Surge
hacia el año 30 d.C. en Jerusalén (actual Israel) y su símbolo es la cruz.
Existe un único Dios en tres personas distintas, que constituye la Santísima
Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
El Hijo
de Dios se encarnó en la Tierra en la figura humana de Jesús o Jesucristo,
quien resucitó de entre los muertos. Existen católicos (58%), protestantes
(24%), ortodoxos (9%) y otros (9%).
2)
Fundador y Contexto Histórico. Su fundador fue Jesús de Nazaret, nacido en Judea (actual
Israel) hacia el año 4 a.C. y crucificado hacia el año 29 d.C., considerado
como el Hijo de Dios, segunda persona de la Santísima Trinidad, nacido de la
Virgen, tras ser concebido directamente por el Espíritu Santo, tercera persona
de la Trinidad Divina, encarnando en la Tierra para redimir a la humanidad.
Su
principal enseñanza fue que se debe amar a Dios y al prójimo como a sí mismo,
si bien deben seguirse las diez reglas adoptadas de las escrituras judías,
conocidas como los Diez Mandamientos.
3)
Escrituras Sagradas. La Biblia es el
libro sagrado, constando de dos partes: la primera escrita en hebreo y arameo,
que constituye el denominado Antiguo
Testamento y la segunda fue escrita en griego, conocida como Nuevo Testamento. El Antiguo Testamento integra los libros
de la Biblia hebrea y los del Nuevo
Testamento, institucionalizados en el año 280 d.C., son los Evangelios, los Hechos de los Apóstoles
y el libro del Apocalipsis.
Como idea universal o cósmica, todos los libros sagrados conducen al encuentro con
Dios, si bien el libro sagrado, por antonomasia, lo constituye el
Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios, en una interpretación cósmica
de sus enseñanzas.
4)
La naturaleza de Dios. Existe un único Dios, Creador de todas las cosas y se presenta bajo tres
personas llamadas “la Santísima Trinidad”: el Padre, el Hijo (Jesucristo) y el
Espíritu Santo. Estas tres personas o aspectos de Dios coexisten en una única
Divinidad, es decir, que siendo Dios único, al mismo tiempo es trino, siendo un
Ser espiritual sin cuerpo físico. Es personal y está involucrado con la
humanidad, Creador del universo, eterno y perfecto.
Como idea universal o cósmica, puede decirse que, por su propia naturaleza, Dios
impregna, con su presencia, toda su creación universal, dándole su hálito
vital, sin que ello signifique, en modo alguno, ninguna concepción panteísta.
5)
La figura de Jesucristo. Jesús es la segunda persona de la Santísima Trinidad,
siendo igual al Padre y al Espíritu Santo, y, en consecuencia, es el Hijo de
Dios, habiendo existido siempre como Dios Hijo. Es plenamente Dios y plenamente
hombre, durante su breve estancia en la Tierra, estando ambas naturalezas
unidas, pero no mezcladas.
Fue
engendrado a través del Espíritu Santo y nació de la Virgen María,
representando el único camino para ir al Padre, la salvación y la vida eterna.
Murió en la cruz, pagando por nuestros pecados o mal uso del libre albedrío,
resucitando de entre los muertos, tanto espiritualmente como físicamente
inmortal.
Hasta
Pentecostés, es decir, 40 días tras su resurrección, apareció físicamente,
dejándose tocar y comiendo con sus discípulos, para, finalmente, ascender al
cielo en cuerpo y alma y al final del mundo, Jesús regresará visible y
físicamente para establecer el Reino de Dios, así como para juzgar al mundo.
Como idea universal o cósmica, se podría decir que Jesús, tras iniciar su labor
mesiánica y convertirse en Jesucristo, es decir, en una plena identificación
con Dios Hijo, padeció su calvario para salvar a la humanidad de su propio ego
inferior, así como para enseñarle el verdadero camino de salvación, que no es
más que el sendero de regreso al Padre, a través de las enseñanzas y ejemplo
terrenal de su Hijo, resucitando en espíritu y desintegrando su cuerpo físico o
revestimiento material, utilizado durante su corta existencia terrestre.
Durante
40 días se apareció, esporádicamente, a sus discípulos, dándoles pruebas
evidentes de la existencia post-mortem, o resurrección espiritual, ascendiendo
con su cuerpo espiritual glorioso a la vista de todos, hasta desaparecer en el
espacio.
Puede
hacerse visible al final de los tiempos, pero es responsabilidad de la
humanidad el establecimiento del Reino de Dios en la Tierra, si sigue,
finalmente, las enseñanzas cósmicas de Jesús, ya que Dios, que es el Amor
Absoluto, no juzga a sus criaturas, sino que siempre está abierto a ayudarlas
para su desarrollo o evolución de sus almas hasta su pleno reconocimiento
consciente de ser verdaderos hijos de Dios, no permitiendo que ninguno de sus
hijos se pierda, eternamente, por hacer un mal uso de su libre albedrío.
6)
La existencia del Espíritu Santo. El Espíritu Santo es la tercera persona de la Santísima
Trinidad y, en consecuencia, es Dios. Así mismo, es una persona y no una fuerza
o campo de energía, pues consuela, se entristece, reprende, convence, guía,
enseña y da plenitud a toda la cristiandad.
Como
idea universal o cósmica, tanto Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, no
tienen forma física, constituyendo, en realidad, la pura Consciencia Cósmica,
la Fuerza Creadora de todo lo invisible al ojo humano o universo espiritual y todo lo visible o universo físico y, por tanto, resulta del todo incomprensible para
la limitada inteligencia del ser humano.
7)
La idea sobre la Creación. La creación es sólo obra de Dios, comenzando en un
momento determinado en el tiempo y terminándolo, igualmente, en su momento. Así
mismo, Dios lo creó todo de la nada y lo creado tiene un fin y un significado.
Como idea universal o cósmica, Dios es el Creador de cuanto existe, tanto invisible (universo o dimensión espiritual) como
visible (universo físico), a partir
de cierto momento, gozando la creación espiritual de la eternidad y la creación
material de un tiempo limitado, renovándose, constantemente, por su propia
naturaleza, dado que la materia es una forma de energía que tampoco se pierde
nunca, sin que, simplemente, tal como conocemos, a través de la ciencia física,
se transforma únicamente.
8)
La idea sobre la Salvación. La salvación no puede lograrse a través de las obras del
ser humano, sino que se obtiene por la gracia de Dios, a través de la fe.
Jesús
murió por los pecados de la humanidad, resucitando físicamente, dando, con
ello, la seguridad total del perdón y de la resurrección de la carne o cuerpos
físicos que se ha utilizado en una única vida en el plano físico.
Como idea universal o cósmica, la salvación consiste en la liberación del propio ego
inferior de la humanidad y su camino nos fue enseñado, magistralmente, por
Jesucristo, Hijo de Dios, para, mediante un uso correcto de nuestro libre
albedrío, poder llegar a practicar el amor incondicional hacia toda la creación
y, de ese modo, llegar a alcanzar la
consciencia cósmica o plena identificación con la verdadera naturaleza divina
del ser humano y, así, poder emprender el camino de regreso al hogar eterno de
Dios Padre, que nos está esperando en espíritu o revestido de nuestro cuerpo
espiritual glorioso.
9)
La idea sobre el Tiempo. El tiempo es lineal, existiendo dos interpretaciones: la
primera sugiere que se formará un mundo nuevo y pacífico, que constituye el
Reino de Dios en la Tierra y la segunda es la que contempla un mundo de
sufrimiento y maldad, en el que aparecerá el Anticristo, produciendo un gran
conflicto, para, finalmente, regresar Cristo para acabar con él e inaugurar un
reino de paz mundial.
Como idea universal o cósmica, el tiempo es lineal, constituyendo una dimensión
existente sólo a nivel de universo físico, cuya existencia es eterna (habida
cuenta de los ciclos de destrucción y reconstrucción del universo o “big bang”
y “big crunch”), con el
fin de permitir la evolución de las almas humanas creadas por Dios,
indefinidamente, y lograr que, en el tiempo, cada alma pueda llegar a su
iluminación o concienciación cósmica y, de ese modo, evitar, definitivamente,
tener que pasar por existencias o estancias temporales terrestres, con sus
múltiples pruebas y en las que realiza el alma sus prácticas en la que
podríamos denominar “la escuela de la
vida”, y así tener su lugar junto a Dios, habitando en sus muchas moradas
espirituales de las que nos habló su Hijo Jesucristo, donde, finalmente,
estaremos todos en espíritu, a imagen y semejanza de nuestro Padre Celestial,
que es pura Esencia Espiritual.
10)
La idea sobre la Vida tras la Muerte. Sólo hay una sola vida en la que el ser humano se juega
su destino eterno. Varían las creencias sobre la muerte, ya que, para algunos,
el alma puede ascender al Cielo, para ser juzgada por Dios, y para otros, el
alma y el cuerpo físico resucitarán, únicamente, el día del juicio Final, para
ser juzgados y llevados al Cielo (para estar con Jesús) o al Infierno
(sufriendo el tormento de la separación de Dios), según los casos.
La
resurrección corporal de Jesús garantiza a los creyentes que también ellos
recibirán cuerpos físicos inmortales.
Como idea universal o cósmica, existen tantas vidas o existencias terrestres, en la
inmensidad de mundos habitados repartidos por todo el universo físico, como se
hagan necesarias, dentro del Plan de Dios, que no juzga a la humanidad y que,
al darle el don del libre albedrío, le está dando tantas oportunidades como
sean necesarias, como hijos suyos, para que sus almas evolucionen, se perfeccionen
y vuelvan al hogar eterno espiritual del Padre.
La
muerte, en realidad, no existe, ya que no es más que la mera transición de una
vida física a otra de carácter espiritual, donde continúa su consciencia
individual su desarrollo espiritual, repitiéndose dicho proceso hasta alcanzar
la concienciación cósmica que le permita estar como co-creador, junto a Dios,
su Hacedor.
5º ISLAM O ISLAMISMO
1)
Introducción. Surge
hacia el año 600 d.C. en La Meca (hoy Arabia Saudí) y su símbolo es una
estrella y una media luna. Su fe se basa en la creencia en un solo Dios,
llamado Allah. Existen suníes (83%),
chiitas (16) y otros (1%).
2)
Fundador y Contexto Histórico. Se considera a Mahoma su fundador o último profeta del
Islam, de los 26 profetas islámicos, nacido hacia el año 570 d.C., considerado
el enviado de Allah (Dios), en la
Meca (Arabia Saudí).
Según el Islam (que significa “sumisión” en árabe), hubo
numerosos profetas anteriores, como Abrahán, Moisés y Jesús. El ángel Gabriel
se le apareció para que fuese “el Mensajero de Dios” y Abu Bakr le sucedió, a
su muerte, como califa.
Los pilares del Islam son los siguientes: a) Shahada: Allah es el único Dios y Mahoma su profeta, b) Salat: Orar cinco veces al día, 3) Zakat: Ayuno durante el mes de Ramadán
y 5) Hayy: Hacer una peregrinación a
la Meca, donde está el santuario de la Kaaba, al menos, una vez en la vida.
3)
Escrituras Sagradas. El Corán o Qur’an es el libro
sagrado, escrito en árabe, y fue dictado a Mahoma por el ángel Gabriel, así
como el Hadith, que recoge las
palabras y obras de Mahoma.
La ley bíblica de Moisés, los Salmos y el evangelio de
Jesús, llamado el Injil, se aceptan por el Corán, aunque se consideran corruptos por
los musulmanes, ya que tienen la creencia de que el Corán fue escrito por Dios,
directamente, antes del comienzo de los tiempos.
4)
La naturaleza de Dios. Existe un solo Dios, llamado Allah,
en árabe, siendo indivisible y sin igual, creador de todo cuanto existe,
habiendo hablado a la humanidad a través de muchos profetas, de los que Mahoma
fue el último y más grande de todos.
Dios o Allah es uno y reveló el Corán a Mahoma
a través del ángel Gabriel. Para el Islam Dios es un juez severo, aunque, a
veces, se muestra misericordioso, no siendo representado como un Padre cariñoso
para con sus criaturas.
Por
tanto, existe plena coincidencia con el cristianismo, en cuanto a que, por su
propia naturaleza, Dios impregna, con su presencia, toda su creación universal,
dándole su hálito vital, sin que ello signifique, en modo alguno, ninguna
concepción panteísta.
5)
La figura de Jesucristo. Jesús es uno de los 124.000 profetas enviados por Dios a
diferentes culturas, destacando, entre otros, Abrahán, Moisés y Mahoma. Jesús
nació de una virgen, pero no es el Hijo de Dios, sin pecado ni divino ni Dios
mismo. Además, no fue crucificado, ascendiendo al cielo sin haber muerto. Se
refieren a él como el mesías y Ayatollah,
es decir: Ayat Allah = seña de Dios,
y regresará, en el futuro, para vivir y morir.
6)
La existencia del Espíritu Santo. El Corán se refiere a Jesús como el Espíritu de Dios y
los musulmanes eruditos consideran al ángel Gabriel como el Espíritu Santo.
7)
La idea sobre la Creación. Dios lo ha creado todo, bastando con que diga,
simplemente, que sea, para que todas las cosas existan, guiando su creación con
un propósito para cada una de las formas de vida integradas en ella.
8)
La idea sobre la Salvación. Partiendo de la base de que los seres humanos son,
básicamente, buenos, pero falibles, necesitan dirección y guía y según sea la
balanza de las obras buenas y malas, así se determina el destino eterno en el
paraíso o en el infierno.
9)
La idea sobre el Tiempo. El tiempo es lineal y al final de los tiempos, Dios
anunciará el día del Juicio Final, acabándose el mundo y siendo todos juzgados
en ese último día.
10)
La idea sobre la Vida tras la Muerte. Sólo hay una sola vida y tras la muerte, el ser humano
espera hasta el día del Juicio Final, en el que todos resucitarán y serán
juzgados, de tal manera que el Paraíso será para los que hayan vivido de
acuerdo con la voluntad de Dios, en tanto que los que no hayan sido justos, no podrán
entrar en él.
Por consiguiente, creen en la resurrección de los cuerpos
físicos, alcanzando el Paraíso eterno los que abrazaron el Islam y el Infierno
eterno los infieles, es decir, todos aquellos que rechazaron el Islam.
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