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El Evangelio Canónico de Nuestro Señor Jesucristo en Español, Francés, Inglés y Alemán


En el enlace a continuación puedes encontrar el Evangelio Canónico de Nuestro Señor Jesucristo en Español, Francés, Inglés y Alemán, dividido en 100 apartados de los cuatro evangelistas y los Hechos de los Apóstoles (con la indicación de los capítulos y los versículos a que se refieren), indicando los temas bíblicos tratados.

jueves

Acotaciones espirituales: Resumen de la enseñanza del movimiento espiritual


RESUMEN DE LA ENSEÑANZA DEL MOVIMIENTO ESPIRITUAL:
A) DIOS. B) EL ESPÍRITU. C) EL LIBRE ALBEDRÍO. D) EL ALMA HUMANA. E) EL INTERVALO DE EXISTENCIAS TERRENALES. F) EL KARMA. G) LAS SUCESIVAS ENCARNACIONES. H) LAS DESGRACIAS HUMANAS. I) EL OBJETIVO DEL MOVIMIENTO ESPIRITUAL. J) LA ORACIÓN. K) LAS PRUEBAS DE LA VIDA Y L) LA CARIDAD Y LA SALVACIÓN.

a)   DIOS

DIOS es la inteligencia suprema, causa primera de todas las cosas. Es eterno, único, inmaterial, inmutable, todopoderoso, soberanamente justo y bueno. Además, debe ser infinito en todas sus perfecciones, porque, si fuera imperfecto uno solo de sus atributos, no sería ya DIOS.
DIOS creó la materia que constituye los mundos; creó también a seres inteligentes que llamamos “espíritus”, encargados de administrar los mundos materiales, según las Leyes inmutables de la creación y que son perfectibles, por su naturaleza, y al ir perfeccionándose dichos espíritus, se van aproximando a la Divinidad.

b)   EL ESPÍRITU

El espíritu, propiamente dicho, es el principio inteligente; desconocemos su naturaleza; para nosotros, es inmaterial, porque no tiene ninguna analogía con lo que llamamos “la materia”.
Los espíritus son seres individuales; tienen un envoltorio etéreo, imponderable llamado “peri espíritu”, especie de cuerpo fluídico del tipo de la forma humana. Ellos pueblan los espacios, que recorren con la rapidez del relámpago y constituyen el mundo invisible.
El origen y forma de en que se crearon los espíritus nos son desconocidos; sólo sabemos que fueron creados simples e ignorantes, es decir, sin ciencia y sin conocimiento del bien y del mal, pero, con igual aptitud para todo, porque DIOS, en su justicia, no podía eximir a unos del trabajo que hubiera impuesto a los otros para llegar a la perfección, estando, en el principio, en una especie de infancia, sin voluntad propia y sin conciencia perfecta de su existencia.

c)   EL LIBRE ALBEDRÍO

El libre albedrío se desarrolla en los espíritus al mismo tiempo que las ideas y DIOS les dice: “Todos podéis aspirar a la felicidad suprema, cuando hayáis adquirido los conocimientos que os faltan y se haya cumplido la tarea que os impongo. Trabajad, pues, para vuestro adelanto; ese es el objetivo: lo alcanzaréis obedeciendo las leyes que he grabado en vuestra conciencia”.
A consecuencia de su libre albedrío, unos toman el camino más corto, que es el del bien y otros el más largo, que es el del mal, pero DIOS no creó el mal, sino que estableció Leyes, que son siempre buenas, porque Él es soberanamente bueno; aquél que las observara fielmente sería perfectamente feliz, pero los espíritus, teniendo su libre albedrío, no siempre las observaban y el mal surgió como consecuencia de su desobediencia y, por ello, se puede afirmar que el bien es todo lo que está conforme a la Ley de DIOS y el mal es todo aquello que es contrario a dicha Ley.
Con objeto de participar, en calidad de agentes del poder divino, en la obra de los mundos materiales, los espíritus se revisten, temporalmente, de un cuerpo material o físico y mediante el trabajo que su existencia corpórea requiere, perfeccionan su inteligencia y adquieren, obedeciendo la Ley de DIOS, los méritos que deberán conducirlos a la felicidad eterna.
En principio, la encarnación no es impuesta al espíritu como castigo, sino que es necesaria para su desarrollo y cumplimiento de las obras de DIOS, de manera que todos deben soportarlas, ya tomen el camino del bien o el del mal. Sólo aquéllos que siguen la ruta del bien avanzan más rápidamente, tardando menos en alcanzar el objetivo, llegando a él en las debidas condiciones.
Por último, conviene explicar que los espíritus encarnados constituyen la humanidad, que no está circunscrita sólo a la Tierra, sino que pueblan todos los mundos habitables diseminados por todo el espacio del universo material. 

d)   EL ALMA HUMANA

El alma del hombre es un espíritu encarnado. Para secundar a los hombres en el cumplimiento de su tarea, DIOS les dio, como auxiliares, a los animales, que les son sumisos y cuya inteligencia y carácter son proporcionales a sus necesidades.
El perfeccionamiento del espíritu es fruto de su propio esfuerzo, no pudiendo, en una sola existencia corpórea, adquirir todas las cualidades morales e intelectuales que deben conducirlo al objetivo, sino que lo alcanza mediante una sucesión de existencias terrenales, en cada una de las cuales da algunos pasos adelante en el camino del progreso.
En cada existencia corporal el espíritu debe llevar a cabo una labor en proporción a su grado de desarrollo o evolución; cuanto más ruda y trabajosa sea, tanto mayor será el mérito en cumplirla. De esta manera, cada existencia es una prueba que lo acerca al objetivo, siendo el número de esas existencias indeterminado, ya que depende de la voluntad del espíritu el abreviar, tanto la duración como el número de estancias terrenales, esforzándose, activamente, en su perfeccionamiento moral.
Del mismo modo que depende de la voluntad del obrero, que debe entregar un trabajo, el disminuir la cantidad de días que emplea en hacerlo, así, cuando una existencia es mal empleada y sin provecho para el espíritu, éste deberá comenzarla en condiciones más o menos penosas, debido a su negligencia y mala voluntad. De igual manera, en la vida uno se puede ver obligado a hacer al día siguiente lo que no se hizo en la víspera o bien obligarse a rehacer lo que se hizo mal.  
La  vida espiritual es la vida normal del espíritu y es eterna e indestructible, mientras que la vida física o corpórea es transitoria y pasajera y, por tanto, no constituye más que un solo instante, dentro de la eternidad.  

e)   EL INTERVALO DE EXISTENCIAS TERRENALES

En el intervalo de sus existencias corpóreas, el espíritu está errante. Lo que es errático sólo puede tener una duración determinada; en ese estado, el espíritu es feliz o infeliz, según el buen empleo o mal empleo que haya hecho en su última existencia. Estudia las causas que apresuraron o retardaron su adelanto evolutivo; toma las resoluciones que procurará poner en práctica en su próxima encarnación y elige, él mismo, las pruebas que cree más apropiadas para su propia evolución espiritual, aunque, en algunas ocasiones, se equivoca o sucumbe, porque no mantiene, como persona humana, las decisiones que había tomado como espíritu.
El espíritu culpable es castigado con sufrimientos morales en el mundo de los espíritus y con penas físicas en la vida corpórea. Sus aflicciones son consecuencia de sus faltas o infracciones de la Ley de DIOS. De esta manera, constituyen, a la vez, una expiación del pasado y una prueba para el porvenir; así es como el orgulloso puede tener una existencia de humillaciones, el tirano una de servidumbre y el mal rico una de miseria.
Existen muchos mundos apropiados a los diferentes grados de adelanto o evolución de los espíritus y la existencia corporal o física, en ellos, se encuentra en condiciones muy diferentes. Cuanto menos avanzado sea el espíritu, tanto más pesado y material o denso es el cuerpo con el que se reviste y, a medida que se purifica, pasa a mundos superiores, tanto moralmente como físicamente.
La Tierra no es el primero ni el último, pero, sí es uno de los más atrasados de los mundos habitados por seres humanos. Los espíritus culpables están encarnados en los mundos menos avanzados, donde expían sus faltas a través de las tribulaciones de la vida material o física. Esos mundos son para ellos verdaderos purgatorios, pero depende sólo de ellos el poder salir de los mismos, trabajando por su perfeccionamiento moral, siendo la Tierra uno de esos mundos.
Toda vez que DIOS es soberanamente justo y bueno, no condena a sus criaturas a castigos perpetuos o eternos por faltas transitorias o temporales, sino que les ofrece, en todo momento, medios para progresar y reparar el mal que pudieron hacer en vidas anteriores.
DIOS perdona, pero exige el arrepentimiento, la reparación y el retorno al bien, de manera que la duración del castigo es proporcional a la persistencia del espíritu en el mal. Por lo tanto, el castigo podría llegar a ser eterno para aquél que permaneciera, eternamente, en el mal camino, pero, desde que la claridad del arrepentimiento entra en el corazón del culpable, DIOS extiende sobre él su misericordia, de manera que la eternidad de las penas debe ser entendida en sentido relativo y no en sentido absoluto.
  
f)    EL KARMA

Los espíritus, al encarnarse, llevan consigo lo que adquirieron en sus existencias anteriores (llamado “karma” = acción, en sánscrito), constituyendo esto la razón por la cual los hombres muestran, instintivamente, aptitudes especiales, inclinaciones buenas o malas, que parecen innatas en ellos. Las malas tendencias naturales son restos de las imperfecciones del espíritu y de las cuales no está enteramente despojado. También son indicios de las faltas que cometió y el verdadero pecado original.
En cada existencia se debe limpiar de algunas impurezas. El olvido de las existencias anteriores es un beneficio de DIOS, que, en su bondad, ha querido ahorrar al hombre los recuerdos, con frecuencia, penosos.
En cada nueva existencia, el hombre es lo que ha hecho de sí mismo; es para él un nuevo punto de partida y conoce sus defectos actuales; sabe que esos defectos son la consecuencia de de aquéllos que tenía y de ello concluye el mal que pudo cometer y eso le basta para trabajar, a fin de corregirse. Si, antaño, adolecía de defectos que ya no posee, no tendrá que preocuparse de ellos, ya que bastante tiene con sus imperfecciones presentes.
Si el alma no hubiera vivido antes, habría sido creada al mismo tiempo que su cuerpo físico. Admitiendo esta suposición, no puede tener ninguna relación con aquéllas que la precedieron y, entonces, se preguntará cómo es que DIOS, que es, por naturaleza, soberanamente justo y bueno, puede haberla hecho responsable de la falta del padre del género humano, manchándola con un pecado original que no cometió.
Si, en cambio, afirmamos que el alma trae consigo, al nacer, el germen de las imperfecciones de sus existencias anteriores; que sufre, en la existencia actual, las consecuencias de sus faltas pasadas, se da al pecado original una explicación lógica, que cada uno puede comprender y admitir, porque el alma no es responsable más que de sus propias obras.
La diversidad de las aptitudes innatas, morales e intelectuales son la prueba de que el alma ya vivió; si hubiese sido creada, simultáneamente, con el cuerpo actual, no estaría de acuerdo con la bondad de DIOS hacer a unas más avanzadas o evolucionadas que otras.
¿Por qué, entonces, los salvajes y los hombres civilizados, los buenos y los malos, los tontos y las personas ingeniosas? Diciendo que unos han vivido y han adquirido más que los otros, todo se explica, claramente. Si la existencia actual fuera la única y ella sola debiera decidir el futuro del alma para la eternidad, ¿cuál sería la suerte de los niños que mueren a tierna edad? No habiendo hecho ni bien ni mal, no merecen ni recompensas ni castigos.
Siguiendo la parábola de Jesucristo, según la cual cada uno es recompensado según sus obras, no tendrían esas tiernas criaturas, que mueren prematuramente, derecho a la felicidad perfecta de los ángeles, no mereciendo verse privadas de ella. En cambio, afirmar que podrán cumplir, en otras existencias, lo que no pudieron hacer en esa vida tan corta, hará que todo sea perfecto y sin excepciones.
 
g)   LAS SUCESIVAS ENCARNACIONES

Al hilo de lo expuesto en el apartado anterior y por el mismo motivo, ¿cuál sería la suerte de los cretinos y de los idiotas? Al no tener ninguna conciencia del bien y del mal, no tienen ninguna responsabilidad de sus actos. ¿Sería DIOS justo y bueno, habiendo creado almas estúpidas, para someterlas a una existencia miserable y sin ninguna compensación? Por ello, debe admitirse que el alma del cretino y del idiota es una espíritu en castigo, en un cuerpo incapacitado para transmitir su pensamiento, donde está como un hombre muy aprisionado por lazos y, de ese modo, no habrán nada que no esté conforme con la justicia de DIOS.
En las sucesivas encarnaciones, el espíritu se va despojando, poco a poco, de sus impurezas y perfeccionándose mediante el trabajo, llegando así al final de sus existencias corpóreas o físicas, perteneciendo, entonces, a la Orden de los espíritus puros o de los ángeles y goza, al mismo tiempo, de la vida completa de DIOS, así como de una felicidad plena, para toda la eternidad.
Estando los hombres en expiación en la Tierra, DIOS, que es un buen Padre, no los dejó entregados a sí mismos, sin guías. Para ello, cuentan con sus espíritus protectores o ángeles guardianes, que velan por ellos y se esfuerzan por conducirlos por el buen camino; además, tienen a los espíritus superiores encarnados, de cuando en cuando, para iluminar el camino con sus obras y hacer avanzar a la humanidad.
Además de haber grabado DIOS su Ley en su conciencia, la llegó a formular de una manera explícita, 1º) a través de Moisés, cuyas leyes eran apropiadas a los hombres de su tiempo, hablándoles, únicamente, de la vida terrestre, de penas y recompensas temporales, y 2º) Vino a continuación, Jesucristo, con el propósito de completar las leyes de Moisés mediante una enseñanza más elevada, hablando de la pluralidad de existencias (según los Evangelios de Mateo, Cap. XVII, v. 10 y ss. Y Juan, Cap. III v.2 y ss.), la vida espiritual, las penas y las recompensas morales. Es decir, Moisés les condujo a los hombres por el temor y Jesús el Cristo lo hizo mediante el amor y la caridad.
El movimiento espiritual expone, en términos claros e inequívocos, lo que Cristo expresó en parábolas; explica las verdades desconocidas o falsamente interpretadas; revela la existencia del mundo invisible o de los espíritus e inicia al hombre en los misterios de la vida futura y viene a combatir el materialismo, que es una sublevación contra el poder de DIOS.
En definitiva, Cristo vino a establecer, entre los hombres, el reino de la caridad y de la solidaridad, de manera que si Moisés labró, Cristo sembró y el movimiento espiritual viene ahora a cosechar.
El movimiento espiritual no es una luz nueva, sino una luz más brillante, porque surge de todos los puntos del globo, a través de la voz de todos aquéllos que vivieron con anterioridad, haciendo evidente lo que estaba oscuro, poniendo fin a las interpretaciones erróneas y reuniendo a los hombres en una creencia común, puesto que no hay sino un solo DIOS y su Ley es para todos, marcando la era de los tiempos profetizados por Cristo y los profetas.

h)   LAS DESGRACIAS HUMANAS   

Los males que afligen a los hombres en la Tierra tienen su causa en el orgullo, el egoísmo y las malas pasiones. Continuando con sus vicios los hombres se hacen, recíprocamente, desdichados y se castigan los unos a los otros. Que la caridad y la humildad sustituyan al egoísmo y al orgullo, y entonces, no procurarán perjudicarse nunca más, los unos a los otros, respetando los derechos de cada uno, y, con ello, haciendo reinar, entre ellos, la concordia y la justicia. Pero, ¿cómo destruir el egoísmo y el orgullo, que parecen innatos en el corazón de los hombres? El egoísmo y el orgullo están en el corazón de los hombres porque éstos son espíritus que siguieron, desde el principio, el camino del mal, por lo que fueron exiliados a la Tierra, en castigo por esos mismos vicios. Ahí está, precisamente, su pecado original, del cual muchos no se despojaron.
Mediante el movimiento espiritual, DIOS viene a hacer una última llamada a la práctica de la Ley enseñada por Cristo, esto es, la Ley del Amor y la Caridad. Como la Tierra ha llegado a la época señalada para convertirse en una morada de felicidad y de paz, DIOS no quiere que los malos espíritus encarnados continúen en ella para llevar la perturbación a los buenos; por ello, deberán desaparecer.
Estos seres humanos o espíritus encarnados  irán a expiar su endurecimiento en mundos menos avanzados, donde trabajarán, de nuevo, para su perfeccionamiento, en una serie de existencias más infelices y más penosas aún que en la Tierra y formarán, en esos mundos, una nueva raza esclarecida y cuya tarea será la de hacer progresar a los seres atrasados que los habitan, con la ayuda de los conocimientos adquiridos.
No saldrán de allí para ir a un mundo mejor más que cuando se lo merezcan y continuarán así hasta que alcancen la purificación completa. Si la Tierra era para ellos un purgatorio, esos mundos serán su infierno, pero un infierno en el que la esperanza jamás estará excluida. En tanto la generación proscrita está por desaparecer rápidamente, una nueva generación está surgiendo, cuyas creencias están fundadas en el Movimiento Espiritual Cristiano (MEC), asistiendo así a ese preludio de la renovación moral, cuyo advenimiento lo viene anunciando el movimiento espiritual presente.

i)     EL OBJETIVO DEL MOVIMIENTO ESPIRITUAL

El objetivo esencial del movimiento espiritual es el de lograr la mejora de los hombres. No es necesario procurar más que lo que puede ayudar al progreso moral e intelectual. El verdadero creyente espiritual no es aquél que cree en las manifestaciones del espíritu, sino aquél que aprovecha las enseñanzas del movimiento espiritual, pues, de nada sirve creer, si dicha creencia no le hace dar un paso al frente, en el camino del progreso y no le hace mejor para con su prójimo.
El egoísmo, el orgullo, la vanidad, la ambición, la codicia, el odio, la envidia, los celos y la maledicencia son para el alma hierbas venenosas, de las cuales es preciso arrancar, cada día, alguna mata, existiendo como antídoto la caridad y la humildad.
La creencia en el movimiento espiritual no es aprovechable, sino en aquél de quien se puede afirmar: hoy soy mejor que ayer. La importancia que el hombre le da a los bienes temporales está en razón inversa a su fe en la vida espiritual. Es la duda sobre el futuro lo que le lleva a procurar sus alegrías en este mundo, satisfaciendo sus pasiones, e incluso a expensas de su prójimo.
Las aflicciones en la Tierra son los remedios del alma, pues ellas la salvan para el futuro, como una operación quirúrgica dolorosa salva la vida de un enfermo y le devuelve la salud. Por eso, dijo Cristo: “Bienaventurados los afligidos, porque ellos serán consolados”. Es natural la desesperación en aquél que cree que todo acaba con la vida del cuerpo físico, pero carece de sentido en aquél otro que tiene fe en el porvenir. El hombre, con frecuencia, es el artífice de su propia desgracia en este mundo; así pues, que se remonte a la fuente de sus infortunios y verá que son, para la mayoría, el resultado de su imprevisión y su orgullo, infringiendo, con ello, la Ley de DIOS.
La plegaria es un acto de adoración. Orar a DIOS es pensar en Él, acercársele, ponerse en comunicación con Él, de manera que aquél que reza con fervor y confianza es más fuerte contra las tentaciones del mal y DIOS le envía a las buenas almas para ayudarle. Es una ayuda que jamás le es negada cuando ha sido pedido con sinceridad.

j)     La oración

Lo esencial no es orar mucho, sino orar bien. Ciertas personas creen que todo el mérito está en el tamaño de la oración, en tanto cierran los ojos antes sus propios defectos. La plegaria es para ellas una ocupación, un empleo del tiempo, pero no un estudio de sí mismas. Aquél que pide a DIOS el perdón de sus faltas no lo obtiene más que cambiando de conducta. Las buenas acciones son la mejor de las plegarias, porque los actos valen más que las palabras.
La oración es recomendada por todas las almas buenas y también es pedida por todas las almas imperfectas, como un medio de aliviar sus sufrimientos. La oración no puede cambiar los decretos de la Providencia, pero viendo a las almas que sufren, si nos interesamos por ellas, se sienten menos desamparadas y no son tan infelices, aumentando su valor o coraje, a la vez que las excita el deseo de elevarse por el arrepentimiento y la reparación, apartándolas de la idea del mal.
En este sentido, puede, no sólo aliviar, sino abreviar sus sufrimientos o padecimientos. Que cada cual rece según sus convicciones y de la manera que crea más conveniente, porque la forma no significa nada y el pensamiento lo es todo. La sinceridad y la pureza de intención son esenciales y un buen pensamiento vale  más que numerosas palabras, que se asemejan al ruido de cualquier objeto, del que está ausente, por completo, el corazón.

k)   Las pruebas de la vida

DIOS ha hecho hombres fuertes y poderosos para que sean el sostén de los débiles; el fuerte que oprime al débil es maldito para DIOS y, a menudo, recibe, por ello, su castigo en esta misma vida, aparte de lo que le sucederá en el porvenir.
La fortuna es un depósito cuyo poseedor es sólo su usufructuario, puesto que no se la lleva consigo a la tumba y deberá rendir severa cuenta del uso que haya hecho de ella.
La fortuna es una prueba más difícil que la miseria, porque es una tentación para el abuso y los excesos y es más difícil ser moderado que ser resignado. El ambicioso que triunfa y el rico que se harta de gozos materiales son más dignos de lástima que de envidia, porque es necesario ver el resultado final que les espera.
El movimiento espiritual, a través de los terribles ejemplos que dan aquellas almas que han vivido y que vuelven para revelarnos su suerte, nos muestra la verdad de esta sentencia de Cristo: “Cualquiera que se enaltece, será humillado y el que se humilla  será enaltecido”. La caridad es la Ley suprema de Cristo, que nos dice lo siguiente: “Amaos los unos a los otros como hermanos; amad a vuestro prójimo como a vosotros mismos; perdonad a vuestros enemigos; no hagáis a los demás lo que no quisieseis que os hicieran a vosotros”. Todo esto se resume en una sola palabra, CARIDAD.

l)     La caridad y la salvación

La caridad no consiste sólo en dar limosnas, porque hay caridad en los pensamientos, las palabras y las acciones. La caridad en los pensamientos es aquélla que es indulgente con las faltas del prójimo; la caridad en las palabras es la que no dice nada que pueda perjudicar al prójimo y la caridad en las acciones es la que asiste o ayuda al prójimo en la medida de sus fuerzas.
El pobre que comparte su mendrugo de pan con uno más pobre que él es más caritativo y tiene más mérito, a los ojos de DIOS, que aquél que da parte de lo que le sobra, sin privarse de nada en absoluto. Quien alberga contra su prójimo sentimientos de animosidad, de odio, de celos y de rencor no es caritativo, pues miente si se dice cristiano y ofende a DIOS.
Los hombres de todas las clases, sectas y colores son hermanos, porque DIOS los llama a todos hacia Él. Por consiguiente, debéis extender la mano, cualquiera que sea vuestra manera de adorarlo y no os arrojéis anatemas, los unos a los otros, porque los anatemas son una violación de la Ley de la Caridad, proclamada por Cristo.
Con el egoísmo, los hombres están en lucha perpetua; con la caridad estarán en paz. Haciendo de ella la base de sus instituciones, sólo la caridad puede, pues, asegurar su felicidad en este mundo, ya que, según las propias palabras de Cristo, sólo ella puede, también, asegurar su felicidad futura, porque encierra, implícitamente, todas las virtudes que pueden conducirles a la perfección.
Con la verdadera caridad, tal como Cristo la enseñó y la practicó, no habrá más egoísmo, orgullo, odio, celos o maledicencias ni habrá más apego desmesurado a los bienes de este mundo.

Por todo ello, el Movimiento Espiritual Cristiano (MEC)  tiene por máxima lo siguiente: FUERA DE LA CARIDAD NO HAY POSIBILIDAD DE SALVACIÓN O RESURRECCIÓN.

Acotaciones espirituales: Pensamientos comparativos de las cinco grandes religiones del mundo


PENSAMIENTO COMPARATIVO DE LAS CINCO GRANDES RELIGIONES DEL MUNDO: JUDAISMO, HINDUISMO, BUDISMO, CRISTIANISMO E ISLAM O ISLAMISMO:

A) INTRODUCCIÓN. B) FUNDADOR Y CONTEXTO HISTÓRICO. C) ESCRITURAS SAGRADAS. D) LA NATURALEZA DE DIOS. E) LA FIGURA DE JESUCRISTO. F) LA EXISTENCIA DEL ESPÍRITU SANTO. G) LA IDEA SOBRE LA CREACIÓN. H) LA IDEA SOBRE LA SALVACIÓN. I) LA IDEA SOBRE EL TIEMPO. J) LA IDEA SOBRE LA VIDA TRAS LA MUERTE.

Se muestra a continuación un breve estudio comparativo del Pensamiento Fundamental de las grandes Religiones del Mundo, de acuerdo con los diez enunciados arriba expuestos, a tenor de su aparición cronológica, como sigue:

1º JUDAISMO

1)   Introducción. Surge hacia el año 2000 a.C. en Canaán (hoy Oriente Próximo), siendo su símbolo la estrella de David. Dios creó el mundo y los judíos descienden del pueblo hebreo, el pueblo elegido por Dios, es decir, son “una luz para todas las naciones de la Tierra”. Existen tres tipos de judíos: los askenazíes (85%), los orientales (10%) y los sefardíes (5%).

2)   Fundador y Contexto Histórico. Podría decirse que comienza con Abrahán, primer líder hebreo, a raíz de la alianza con Dios, quien elige a los judíos como su pueblo elegido, conformándose dicha alianza cuando Dios le dio a Moisés las llamadas Tablas de la Ley, que son las normas a seguir por los israelitas. Abrahán nació alrededor del año 2000 a.C., en Ur (actual Irak), comenzando con él la creencia en un solo Dios. Tuvo muchos hijos, siendo su seguidor Isaac, a quien estuvo a punto de sacrificar en obediencia a Dios, si bien fue Ismael el que se volvió legendario para los árabes.

3)   Escrituras Sagradas. El nombre de la Biblia judía es el Tenakh o Tanaj (Antiguo Testamento), que cuenta la historia del pueblo judío. Tiene las siguientes partes: la Torah, que representa los cinco primeros libros de la Biblia, incluyendo los Diez Mandamientos que Dios reveló a Moisés, los Libros proféticos, los Libros de Esther y los Salmos, siendo, por último, el Talmud el que explica el Tanaj.

4)   La naturaleza de Dios. Sólo hay un único Dios, cuyo nombre no puede siquiera pronunciarse, siendo el Creador de todas las cosas y, mediante su alianza con el pueblo judío, guía la vida y el destino de la humanidad. Dios es espíritu, impersonal y no puede conocerse por parte del ser humano; no obstante, para los judíos ortodoxos Dios es personal, todopoderoso, eterno y misericordioso. Por otra parte, para el judaísmo no existe la llamada Trinidad Divina.

5)   La figura de Jesucristo. Jesús  es visto como un mesías falso o un rabí o maestro judío bueno, que fue martirizado, ya que los judíos ortodoxos opinan que el verdadero mesías va a restaurar el reino judío, gobernando, finalmente, el mundo. En general, no creen que fuera el Hijo de Dios ni resucitara de entre los muertos, salvo los judíos mesiánicos y los cristianos hebreos.

6)   La existencia del Espíritu Santo. Algunos creen que el Espíritu Santo no es más que otro nombre para designar la actividad de Dios en la Tierra y otros alegan que representa el amor o poder de Dios en este mundo.

7)   La idea sobre la Creación. Dios es el Creador y el Libro del Génesis dice que creó el mundo en seis días, descansando al séptimo día. Así mismo, Dios acabará su creación a su debido tiempo.

8)   La idea sobre la Salvación. Algunos judíos creen que la oración, el arrepentimiento y la obediencia a la Ley son necesarios para la salvación, en tanto que otros creen que la salvación no es más que la mejora de la sociedad o humanidad.

9)   La idea sobre el Tiempo. El tiempo es lineal y el Mesías o Elegido de Dios vendrá cuando el mundo se haya hecho un lugar mejor o cuando los problemas se agudicen al máximo, anunciando la era de la paz mundial.

10)              La idea sobre la Vida tras la Muerte. Sólo hay una vida, creyendo la mayoría de los judíos que el ser humano espera, tras la muerte, a que llegue el día del Juicio Final, en el que resucitarán todos los muertos, siendo juzgados en ese preciso  momento. No obstante, algunos creen que el alma es juzgada tras la muerte física, existiendo, posteriormente, una resurrección física, de tal manera que los justos vivirán con Dios para siempre y los injustos sufrirán, eternamente, las torturas del infierno. Sin embargo, algunos judíos no creen en ningún tipo de vida consciente tras la muerte.

2º HINDUISMO

1)   Introducción. Surge hacia el 1750 a.C. en India, siendo su símbolo el sonido sagrado o mantra OM. La mayoría cree en muchos dioses, pero en una sola realidad subyacente. Las personas que lleven una vida buena vuelven a nacer en una vida superior y los malvados renacerán en una vida inferior (reencarnación), aspirando a liberarse del ciclo de reencarnaciones hasta convertirse en uno con Brahmán. Existen los hinduistas vaisnavitas (70%), los vishnú (25%) y otros (5%).

2)   Fundador y contexto histórico. No tiene un solo fundador, siendo el pueblo ario, el que invadió la India y el que trajo consigo sus primeros dioses. Entre ellos destaca Shiva: Dios del bien y del mal, si bien el mayor de todos es Brahmán, la realidad absoluta y divina y Vishnú, el dador de la vida. Existen miles de gurús o maestros hinduistas que han alcanzado la iluminación a través del conocimiento y la práctica espiritual.

3)   Escrituras Sagradas. Existen muchos libros sagrados, destacando el, el Bhagavad-Gita, los Upanishads y los Vedas (que datan de alrededor de 1400 a.C.), en los que se desarrolla la idea de Brahmán, el alma universal. Todos ellos contienen las primeras creencias hinduistas y consisten en himnos y cánticos, siendo el Rigveda el más importante, ya que contiene las creencias hinduistas.

4)   La naturaleza de Dios. Sólo hay una Divinidad o Poder Divino que adopta innumerables formas. Las principales son: Brahmán, Creador de cada universo, Vishnú, el mantenedor y defensor del universo y Shiva, la diosa destructora y reconstructora del universo. Vishnú dispone de diez formas para acudir en ayuda del universo, entre las cuales se incluyen las de Krishna y Rama. Dios es el Absoluto, un espíritu universal y todos formamos parte de Él, como gotas en el océano y las personas son, en consecuencia, partes integrantes de Dios, aunque no lo sepan.

5)   La figura de Jesucristo. Jesús o Jesucristo es un  maestro, gurú o avatar (es decir, encarnación de Vishnú). Es un hijo de Dios, como tantos otros y su muerte no expía pecados ni resucitó de entre los muertos.

6)   La existencia del Espíritu Santo. El Espíritu Santo no forma parte de esta creencia.

7)   La idea sobre la Creación. La creación es cíclica, pues, tras la destrucción del universo anterior, Brahmán empieza a crear otro nuevo, Vishnú lo mantiene durante un ciclo de nacimiento, crecimiento y declive y, finalmente, Shiva lo destruye y, de esa manera, comienza el ciclo nuevamente.

8)   La idea sobre la Salvación. La salvación la constituye la liberación del ciclo de reencarnaciones, que se logra a través del yoga y la meditación, lo cual puede requerir vivir muchas vidas, siendo la salvación final la integración o unión con Brahmán, perdiendo, en ese momento, su consciencia individual.

9)   La idea sobre el Tiempo. El tiempo es cíclico, pasando el mundo por diversas etapas: nacimiento, crecimiento y declive, estando, en la actualidad, en la etapa denominada Kali Yuga, esto es, la edad del declive. Al final, el mundo será destruido para que, en un futuro lejano, aparezca uno nuevo.

10)              La idea sobre la Vida tras la Muerte. En base al llamado “karma” o consecuencia de nuestras acciones en la vida física actual, al morir, el alma o atman renace en una forma física superior o inferior, siendo posible, a través de la devoción o conducta correcta, ascender en la escala de la reencarnación, alcanzando la total liberación del ciclo de reencarnaciones, para integrarse, en última instancia, en el Ser Supremo, perdiendo su propia identidad. En definitiva, el karma bueno supone reencarnar en una vida mejor y el karma malo supone volver a nacer y pagar pos sus pecados o errores pasados, sufriendo en la siguiente vida física en la Tierra.

3º BUDISMO

1)   Introducción. Surge hacia el 500 a.C. en India y su símbolo es una rueda de ocho radios. Para el Budismo la vida es una secuencia de nacimientos, muertes y renacimientos (o reencarnaciones) y la plenitud espiritual se alcanza sólo con buenos pensamientos y acciones. Existen los budistas mahajana (56%), los theravada (38%) y otros (6%).

2)   Fundador y contexto histórico. Constituye una rama del Hinduismo, naciendo hacia el 525 a.C., siendo su fundador  Siddharta Gautama, que nació hacia el año 563 a.C., de familia noble, en India. Llegó a comprender la causa del sufrimiento humano, al que dio soluciones, llegando al despertar espiritual o iluminación total, estado denominado Buda o Iluminado.

3)   Escrituras Sagradas. Las enseñanzas de Buda constituyen más de 100 volúmenes que se conocen como el Tripitaka o Canon de Pali, que significa “las Tres Cestas”, y constituye el libro sagrado de los budistas theravada. Recoge los discursos, reglas disciplinarias y conocimientos avanzados.

El libro más famoso es el denominado Dhammapada, del Canon de Pali, donde aparecen las Cuatro Verdades y los Ocho Caminos, existiendo tres versiones: una en lengua pali, usadas por los budistas del sur y dos versiones mahayana, que significa “Gran Camino”, en chino y tibetano, usados por los budistas del norte, que incluyen libros posteriores no reconocidos por los budistas del sur.
Las versiones mahayana incluyen una colección de aforismos, los llamados Sutras, que son los primeros libros sagrados de los budistas de esta rama.

Las Cuatro Verdades son las siguientes: 1) Dukka: vivir es sufrir, 2) Samudaya: el deseo provoca sufrimiento, 3) Nirodha: la liberación del deseo conduce al fin del sufrimiento y 4) Maggi: la liberación se logra siguiendo los Ocho Caminos.

Los Ocho Caminos son los siguientes: 1) la comprensión correcta, 2) el pensamiento correcto, 3) la palabra correcta, 4) la acción correcta, 5) la vida correcta, 6) el esfuerzo correcto, 7) la atención plena y 8) la meditación correcta.

4)   La naturaleza de Dios. Reconoce la existencia de seres divinos o sobrenaturales, pero no creen en un Dios creador y omnipotente, reconociendo una verdad trascendental y concibiendo una naturaleza Buda, que infunde su existencia a todas las cosas. El budismo es ateísta, en su mayor parte, no creyendo en un Dios o Ser Supremo, en tanto que otros consideran a Buda como un iluminado universal en un estado consciente, es decir, como un dios.

5)   La figura de Jesucristo. Jesucristo no es parte de esta creencia. No obstante, los budistas occidentales suelen mirar a Jesús como a un hombre iluminado, simplemente.

6)   La existencia del Espíritu Santo. El Espíritu Santo no es parte de esta creencia.

7)   La idea sobre la Creación. La creación es cíclica, sin que tenga ni principio ni fin, siendo parte de la rueda de sufrimiento a la que estamos atados a través de la reencarnación. En consecuencia, a la creación se la considera, simplemente, como parte de la rueda de la vida.

8)   La idea sobre la Salvación. La salvación constituye el objetivo de la vida, que se logra al llegar al Nirvana, eliminando los deseos y, de ese modo, escapando al sufrimiento humano. El sistema que conduce a la salvación o extinción de todo deseo está en el llamado “Camino Óctuple”, ya citado anteriormente.

9)   La idea sobre el Tiempo. El tiempo es cíclico y cada existencia humana continúa a través de la muerte y la reencarnación, siempre que nuestro propio ego inferior nos ate a este mundo. Al final, se apagarán los deseos de todo ser humano, y, con ello, entrará en el Nirvana, mientras el mundo continúa con su ciclo.

Algunas formas de budismo creen que un futuro Buda vendrá y traerá la liberación para todos los seres humanos en esta Tierra.

10)      La idea sobre la Vida tras la Muerte. Al morir, la vida continúa de alguna otra forma: divina, humana o animal, dependiendo de la conducta observada en su vida anterior. El objetivo del budismo es conseguir la extinción de la llama del deseo o de la atadura al sentido del ego inferior, y de esa manera, interrumpir el proceso de la reencarnación y alcanzar el Nirvana.
Según la filosofía budista, los seres humanos no tienen alma o espíritu; sin embargo, los deseos y sentimientos de cada uno se pueden reencarnar en otros seres humanos, así mismo, para ellos tampoco existe el Cielo o el Infierno, como lugares de premio o castigo a la conducta humana.

4º CRISTIANISMO

1)   Introducción. Surge hacia el año 30 d.C. en Jerusalén (actual Israel) y su símbolo es la cruz. Existe un único Dios en tres personas distintas, que constituye la Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
El Hijo de Dios se encarnó en la Tierra en la figura humana de Jesús o Jesucristo, quien resucitó de entre los muertos. Existen católicos (58%), protestantes (24%), ortodoxos (9%) y otros (9%).

2)   Fundador y Contexto Histórico. Su fundador fue Jesús de Nazaret, nacido en Judea (actual Israel) hacia el año 4 a.C. y crucificado hacia el año 29 d.C., considerado como el Hijo de Dios, segunda persona de la Santísima Trinidad, nacido de la Virgen, tras ser concebido directamente por el Espíritu Santo, tercera persona de la Trinidad Divina, encarnando en la Tierra para redimir a la humanidad.
Su principal enseñanza fue que se debe amar a Dios y al prójimo como a sí mismo, si bien deben seguirse las diez reglas adoptadas de las escrituras judías, conocidas como los Diez Mandamientos.

3)   Escrituras Sagradas. La Biblia es el libro sagrado, constando de dos partes: la primera escrita en hebreo y arameo, que constituye el denominado Antiguo Testamento y la segunda fue escrita en griego, conocida como Nuevo Testamento. El Antiguo Testamento integra los libros de la Biblia hebrea y los del Nuevo Testamento, institucionalizados en el año 280 d.C., son los Evangelios, los Hechos de los Apóstoles y el libro del Apocalipsis.
Como idea universal o cósmica, todos los libros sagrados conducen al encuentro con Dios, si bien el libro sagrado, por antonomasia, lo constituye el  Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios, en una interpretación cósmica de sus enseñanzas.

4)   La naturaleza de Dios. Existe un único Dios, Creador de todas las cosas y se presenta bajo tres personas llamadas “la Santísima Trinidad”: el Padre, el Hijo (Jesucristo) y el Espíritu Santo. Estas tres personas o aspectos de Dios coexisten en una única Divinidad, es decir, que siendo Dios único, al mismo tiempo es trino, siendo un Ser espiritual sin cuerpo físico. Es personal y está involucrado con la humanidad, Creador del universo, eterno y perfecto.
Como idea universal o cósmica, puede decirse que, por su propia naturaleza, Dios impregna, con su presencia, toda su creación universal, dándole su hálito vital, sin que ello signifique, en modo alguno, ninguna concepción panteísta.

5)   La figura de Jesucristo. Jesús es la segunda persona de la Santísima Trinidad, siendo igual al Padre y al Espíritu Santo, y, en consecuencia, es el Hijo de Dios, habiendo existido siempre como Dios Hijo. Es plenamente Dios y plenamente hombre, durante su breve estancia en la Tierra, estando ambas naturalezas unidas, pero no mezcladas.
Fue engendrado a través del Espíritu Santo y nació de la Virgen María, representando el único camino para ir al Padre, la salvación y la vida eterna. Murió en la cruz, pagando por nuestros pecados o mal uso del libre albedrío, resucitando de entre los muertos, tanto espiritualmente como físicamente inmortal.
Hasta Pentecostés, es decir, 40 días tras su resurrección, apareció físicamente, dejándose tocar y comiendo con sus discípulos, para, finalmente, ascender al cielo en cuerpo y alma y al final del mundo, Jesús regresará visible y físicamente para establecer el Reino de Dios, así como para juzgar al mundo.
Como idea universal o cósmica, se podría decir que Jesús, tras iniciar su labor mesiánica y convertirse en Jesucristo, es decir, en una plena identificación con Dios Hijo, padeció su calvario para salvar a la humanidad de su propio ego inferior, así como para enseñarle el verdadero camino de salvación, que no es más que el sendero de regreso al Padre, a través de las enseñanzas y ejemplo terrenal de su Hijo, resucitando en espíritu y desintegrando su cuerpo físico o revestimiento material, utilizado durante su corta existencia terrestre.
Durante 40 días se apareció, esporádicamente, a sus discípulos, dándoles pruebas evidentes de la existencia post-mortem, o resurrección espiritual, ascendiendo con su cuerpo espiritual glorioso a la vista de todos, hasta desaparecer en el espacio.
Puede hacerse visible al final de los tiempos, pero es responsabilidad de la humanidad el establecimiento del Reino de Dios en la Tierra, si sigue, finalmente, las enseñanzas cósmicas de Jesús, ya que Dios, que es el Amor Absoluto, no juzga a sus criaturas, sino que siempre está abierto a ayudarlas para su desarrollo o evolución de sus almas hasta su pleno reconocimiento consciente de ser verdaderos hijos de Dios, no permitiendo que ninguno de sus hijos se pierda, eternamente, por hacer un mal uso de su libre albedrío.  

6)   La existencia del Espíritu Santo. El Espíritu Santo es la tercera persona de la Santísima Trinidad y, en consecuencia, es Dios. Así mismo, es una persona y no una fuerza o campo de energía, pues consuela, se entristece, reprende, convence, guía, enseña y da plenitud a toda la cristiandad.
Como idea universal o cósmica, tanto Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo, no tienen forma física, constituyendo, en realidad, la pura Consciencia Cósmica, la Fuerza Creadora de todo lo invisible al ojo humano o universo espiritual y todo lo visible o universo físico y, por tanto, resulta del todo incomprensible para la limitada inteligencia del ser humano.

7)   La idea sobre la Creación. La creación es sólo obra de Dios, comenzando en un momento determinado en el tiempo y terminándolo, igualmente, en su momento. Así mismo, Dios lo creó todo de la nada y lo creado tiene un fin y un significado.
Como idea universal o cósmica, Dios es el Creador de cuanto existe, tanto invisible (universo o dimensión espiritual) como visible (universo físico), a partir de cierto momento, gozando la creación espiritual de la eternidad y la creación material de un tiempo limitado, renovándose, constantemente, por su propia naturaleza, dado que la materia es una forma de energía que tampoco se pierde nunca, sin que, simplemente, tal como conocemos, a través de la ciencia física, se transforma únicamente.

8)   La idea sobre la Salvación. La salvación no puede lograrse a través de las obras del ser humano, sino que se obtiene por la gracia de Dios, a través de la fe.
Jesús murió por los pecados de la humanidad, resucitando físicamente, dando, con ello, la seguridad total del perdón y de la resurrección de la carne o cuerpos físicos que se ha utilizado en una única vida en el plano físico.
Como idea universal o cósmica, la salvación consiste en la liberación del propio ego inferior de la humanidad y su camino nos fue enseñado, magistralmente, por Jesucristo, Hijo de Dios, para, mediante un uso correcto de nuestro libre albedrío, poder llegar a practicar el amor incondicional hacia toda la creación y, de ese modo,  llegar a alcanzar la consciencia cósmica o plena identificación con la verdadera naturaleza divina del ser humano y, así, poder emprender el camino de regreso al hogar eterno de Dios Padre, que nos está esperando en espíritu o revestido de nuestro cuerpo espiritual glorioso.

9)   La idea sobre el Tiempo. El tiempo es lineal, existiendo dos interpretaciones: la primera sugiere que se formará un mundo nuevo y pacífico, que constituye el Reino de Dios en la Tierra y la segunda es la que contempla un mundo de sufrimiento y maldad, en el que aparecerá el Anticristo, produciendo un gran conflicto, para, finalmente, regresar Cristo para acabar con él e inaugurar un reino de paz mundial.
Como idea universal o cósmica, el tiempo es lineal, constituyendo una dimensión existente sólo a nivel de universo físico, cuya existencia es eterna (habida cuenta de los ciclos de destrucción y reconstrucción del universo o “big bang”  y “big crunch”), con el fin de permitir la evolución de las almas humanas creadas por Dios, indefinidamente, y lograr que, en el tiempo, cada alma pueda llegar a su iluminación o concienciación cósmica y, de ese modo, evitar, definitivamente, tener que pasar por existencias o estancias temporales terrestres, con sus múltiples pruebas y en las que realiza el alma sus prácticas en la que podríamos denominar “la escuela de la vida”, y así tener su lugar junto a Dios, habitando en sus muchas moradas espirituales de las que nos habló su Hijo Jesucristo, donde, finalmente, estaremos todos en espíritu, a imagen y semejanza de nuestro Padre Celestial, que es pura Esencia Espiritual.

10)              La idea sobre la Vida tras la Muerte. Sólo hay una sola vida en la que el ser humano se juega su destino eterno. Varían las creencias sobre la muerte, ya que, para algunos, el alma puede ascender al Cielo, para ser juzgada por Dios, y para otros, el alma y el cuerpo físico resucitarán, únicamente, el día del juicio Final, para ser juzgados y llevados al Cielo (para estar con Jesús) o al Infierno (sufriendo el tormento de la separación de Dios), según los casos.
La resurrección corporal de Jesús garantiza a los creyentes que también ellos recibirán cuerpos físicos inmortales.
Como idea universal o cósmica, existen tantas vidas o existencias terrestres, en la inmensidad de mundos habitados repartidos por todo el universo físico, como se hagan necesarias, dentro del Plan de Dios, que no juzga a la humanidad y que, al darle el don del libre albedrío, le está dando tantas oportunidades como sean necesarias, como hijos suyos, para que sus almas evolucionen, se perfeccionen y vuelvan al hogar eterno espiritual del Padre.
La muerte, en realidad, no existe, ya que no es más que la mera transición de una vida física a otra de carácter espiritual, donde continúa su consciencia individual su desarrollo espiritual, repitiéndose dicho proceso hasta alcanzar la concienciación cósmica que le permita estar como co-creador, junto a Dios, su Hacedor.


                                   
5º ISLAM O ISLAMISMO
1)   Introducción. Surge hacia el año 600 d.C. en La Meca (hoy Arabia Saudí) y su símbolo es una estrella y una media luna. Su fe se basa en la creencia en un solo Dios, llamado Allah. Existen suníes (83%), chiitas (16) y otros (1%).

2)   Fundador y Contexto Histórico. Se considera a Mahoma su fundador o último profeta del Islam, de los 26 profetas islámicos, nacido hacia el año 570 d.C., considerado el enviado de Allah (Dios), en la Meca (Arabia Saudí).

Según el Islam (que significa “sumisión” en árabe), hubo numerosos profetas anteriores, como Abrahán, Moisés y Jesús. El ángel Gabriel se le apareció para que fuese “el Mensajero de Dios” y Abu Bakr le sucedió, a su muerte, como califa.

Los pilares del Islam son los siguientes: a) Shahada: Allah es el único Dios y Mahoma su profeta, b) Salat: Orar cinco veces al día, 3) Zakat: Ayuno durante el mes de Ramadán y 5) Hayy: Hacer una peregrinación a la Meca, donde está el santuario de la Kaaba, al menos, una vez en la vida.

3)   Escrituras Sagradas. El Corán o Qur’an es el libro sagrado, escrito en árabe, y fue dictado a Mahoma por el ángel Gabriel, así como el Hadith, que recoge las palabras y obras de Mahoma.
La ley bíblica de Moisés, los Salmos y el evangelio de Jesús, llamado el Injil, se aceptan por el Corán, aunque se consideran corruptos por los musulmanes, ya que tienen la creencia de que el Corán fue escrito por Dios, directamente, antes del comienzo de los tiempos.
 
4)   La naturaleza de Dios. Existe un solo Dios, llamado Allah, en árabe, siendo indivisible y sin igual, creador de todo cuanto existe, habiendo hablado a la humanidad a través de muchos profetas, de los que Mahoma fue el último y más grande de todos.
Dios o Allah es uno y reveló el Corán a Mahoma a través del ángel Gabriel. Para el Islam Dios es un juez severo, aunque, a veces, se muestra misericordioso, no siendo representado como un Padre cariñoso para con sus criaturas.
Por tanto, existe plena coincidencia con el cristianismo, en cuanto a que, por su propia naturaleza, Dios impregna, con su presencia, toda su creación universal, dándole su hálito vital, sin que ello signifique, en modo alguno, ninguna concepción panteísta.

5)   La figura de Jesucristo. Jesús es uno de los 124.000 profetas enviados por Dios a diferentes culturas, destacando, entre otros, Abrahán, Moisés y Mahoma. Jesús nació de una virgen, pero no es el Hijo de Dios, sin pecado ni divino ni Dios mismo. Además, no fue crucificado, ascendiendo al cielo sin haber muerto. Se refieren a él como el mesías y Ayatollah, es decir: Ayat Allah = seña de Dios, y regresará, en el futuro, para vivir y morir.

6)   La existencia del Espíritu Santo. El Corán se refiere a Jesús como el Espíritu de Dios y los musulmanes eruditos consideran al ángel Gabriel como el Espíritu Santo.

7)   La idea sobre la Creación. Dios lo ha creado todo, bastando con que diga, simplemente, que sea, para que todas las cosas existan, guiando su creación con un propósito para cada una de las formas de vida integradas en ella.

8)   La idea sobre la Salvación. Partiendo de la base de que los seres humanos son, básicamente, buenos, pero falibles, necesitan dirección y guía y según sea la balanza de las obras buenas y malas, así se determina el destino eterno en el paraíso o en el infierno.

9)   La idea sobre el Tiempo. El tiempo es lineal y al final de los tiempos, Dios anunciará el día del Juicio Final, acabándose el mundo y siendo todos juzgados en ese último día.

10)          La idea sobre la Vida tras la Muerte. Sólo hay una sola vida y tras la muerte, el ser humano espera hasta el día del Juicio Final, en el que todos resucitarán y serán juzgados, de tal manera que el Paraíso será para los que hayan vivido de acuerdo con la voluntad de Dios, en tanto que los que no hayan sido justos, no podrán entrar en él.


Por consiguiente, creen en la resurrección de los cuerpos físicos, alcanzando el Paraíso eterno los que abrazaron el Islam y el Infierno eterno los infieles, es decir, todos aquellos que rechazaron el Islam.